RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
¿Puede hablarse de agiotaje político? El
gobierno y su partido, el PLD, me han enseñado que sí. En el comercio, con la práctica del agiotaje se procuran
ganancias más allá de lo ético y lo legal con el fin del sujeto enriquecerse indebidamente. La palabra procede
del italiano y se refiere a la obtención de utilidades de modo cómodo y fácil.
La raíz “agio” significa “añadido”. El
agiotaje incluye especulación y unos trucos que lindan con la usura. Un agiotista
busca riqueza, sabe que sus procedimientos son abusivos y que perjudican a terceros. Nada de eso le
preocupa, pues su actuación es movida por el
interés de añadirse beneficios. Es lo que cuenta para él.
¿Cuál es la relación del Partido de la
Liberación Dominicana con el
agiotaje? Esa organización se identifica
por su tendencia a acaparar, y me refiero sólo a lo político. No le basta con
lo ganado, sino que apetece lo poco que un proceso electoral anómalo, en el que
participó con todas las ventajas, hubo
de dejar a los otros.
Las elecciones del 15 de mayo se
caracterizaron por la inequidad. Los candidatos del PLD tuvieron a su favor
todos los bienes del Estado. Dinero,
vehículos, teléfonos, medios de comunicación, personal de las instituciones
públicas y un presidente, Danilo Medina,
llamando al teléfono de cada dominicano para pedir votos.
La evidente parcialidad de la Junta Central
Electoral y otras cortes se cuenta entre los recursos disponibles del PLD. Y
como esa agrupación corrompe todo lo que toca, en estas atípicas elecciones se añadió un
elemento que se tenía por superado: la incursión de militares en campaña. Por
eso no actuaron ante las inconductas en
los centros de votación.
La foto del candidato Medina apareció en 15 de las 26 casillas que representaban
candidaturas presidenciales. A eso se llama inequidad que es lo mismo que desigualdad o falta de
equidad. Inequidad e iniquidad no son sinónimas,
pero es innegable la afinidad semántica, además del parecido fónico, entre estos vocablos.
Iniquidad es marcar boletas después de las
elecciones para favorecer candidatos del PLD. Despojar de sus puestos a quienes
lo bien ganaron, presionar y ultrajar
miembros de juntas municipales electorales para
torcer resultados, eso es iniquidad.
Como “maldad, injusticia grande”, se define la palabra iniquidad.
Bien advirtió el obispo Francisco Ozoria:
el PLD no puede quererlo todo. Pero el
PLD ha demostrado que sí lo quiere todo. No le han bastado las ventajas
frente a los demás partidos, es decir la
inequidad, y recurre al arrebato de posiciones no ganadas. La
inequidad incluye iniquidad. Así es como
el PLD ha ido de la inequidad a la iniquidad.
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