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10 de mayo de 2016

Las cosas de Trujillo...

Rafael Torres

Rafael Torres
Esta historia me la contó mi amigo de adolescencia y vecino Rafael Rodríguez, a quien se la contó el siempre recordado Fernando Dhimes: Al ser elevada La Romana a provincia, la tercera del Este y con el nombre de Provincia La Altagracia, dejó de ser municipio de la provincia El Seíbo.

Eso fue a partir del 1ro., de Enero de 1945. A los actos oficiales de esa proclamación asistió el Generalísimo Trujillo (El Jefe). Ya sentados en la mesa de honor, el recién nombrado Gobernador Provincial, Lic. Ramón Eneas Saviñón, saca del bolsillo interior de su saco un sobre y se lo entrega a Trujillo diciéndole al oído que un humilde hombre del pueblo conocido con el mote de " Sancú`" le pidió por favor que le entregara esa carta al jefe.

Trujillo abre el sobre y lee el breve contenido de la carta que decía en grandes letras: " ESPANTOSA MISERIA ABATE A ESTE ADMIRADOR, AMIGO Y SERVIDOR SUYO". Trujillo sonríe y pregunta al Gobernador quien es el remitente y Saviñón le contesta que es un hombre humilde sólo conocido como " Sancú`".

Trujillo jala por la cartera y admirado por la ocurrencia le entrega al Gobernador ¡500 PESOS! para que se los de a Sancú` y pregunta que trabajo podría hacer el hombre, don Eneas piensa y responde al Jefe que el individuo tiene escasa preparación y que se le ocurre podría ser el guarda faro de la costa; trabajo sencillo de prender el faro al anochecer y apagarlo al salir el sol.

Trujillo le pide que le envíe vía telegrama nombre y cédula de Sancú` para promulgar su nombramiento inmediato en dicho cargo. ¡Que palo ha dado Sancú!

A los dos días llegó el nombramiento con la jugosa suma de ¡50 pesos mensuales! Resulta que el personaje de marras era un aplomador consumado y a decir de Fernando, cuando no estaba borracho estaba con resaca; decía que el agua no tenía sabor y sólo la bebía con la comida, que prefería el romo, que ese sí que tenía sabor.


Nuestro protagonista asumió el cargo y Rafael le preguntó a Fernando: "¿Y cumplió el hombre con su trabajo? A lo que respondió Fernando: ¡Seria el pendejo! Trujillo lo mandaba a tirar del mismo faro a que se lo comieran los tiburones

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