Rafael Torres
En una entrega reciente escribí que voté en las primeras
elecciones libres después de la Era de Trujillo en 1962.
A excepción del certamen del 1966 en que no lo hice por
vivir en Nueva York para esa fecha, he ejercido mi derecho al voto en todas y
cada una de las demás elecciones.
Pero recuerdo como si hubiera sido ayer las últimas
"elecciones" celebradas en la dictadura de Trujillo en el año 1958. Sí;
porque eran celebradas "elecciones libres" cada cuatro años desde
1930 en que asumió el poder el hombre fuerte de San Cristóbal.
Ese año 1958 mi papá, junto a su sobrino y mi primo Tito Pérez,
Chuchú Lozano, un señor de apellido Bobadilla, Colector de Rentas Internas y
otros a quienes no recuerdo, fueron asignados a la Mesa Electoral de la Isla
Saona.
El señor Bobadilla y mi papá, se agenciaron "colar"
a uno de sus hijos cada quien y así nos colamos Julio Bobadilla y este servidor
en el viaje, naturalmente, sólo como mirones.
El grupo partió en el guardacostas de la Marina de Guerra
el día anterior del simulacro de elecciones y llegamos a la Isla Saona al
atardecer. Allí cenamos y dormimos en alojamientos sencillos reservados para la
comisión electoral. Al día siguiente mientras votaban algunas 30 o 40 personas,
mi joven compañero y yo nos bañábamos en la playa y nos hartábamos de agua de
coco, después de un desayuno del carajo de pescado frito con víveres.
A eso de 8 o 9 de la mañana toda la población había
votado y ni hablar del peluquín: Trujillo había arrasado como en todo el resto
del país, con un 99 y tanto por ciento del electorado.
Después de otra hartura de madre al mediodía, regresamos
en el guardacostas a La Romana, donde llegamos al oscurecer.
Recuerdo que había un Partido de "oposición"
llamado Partido Laboral, cuyo "líder “era Julio Cesar Ballester Hernández,
a quien el Partido Dominicano de Trujillo siempre le daba una pela de calzón
quitao.
De las "elecciones" de 1954 nada recuerdo por
razones de edad, pero me propongo esta misma tarde preguntar a otros más
viejitos que yo cómo eran montados aquellos mamotretos de elecciones, dónde se
votaba, cómo era el proceso, etc. etc.
Ese como tantos otros hechos bochornosos, son parte de
nuestra Historia Nacional, sobre los cuales debemos indagar a fin de conocer
mejor nuestro pasado reciente.
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