RAFAEL PERALTA ROMERO
Diógenes Disla ofrece un libro muy singular. No siempre el humor se acompaña de la
reflexión filosófica o la observación
sociológica. Este libro reúne esas tres dimensiones de la expresión humana.
Estas “jocosidades” han servido a su autor para describir situaciones que
caracterizan la vida dominicana del siglo XXI. Sobre todo los vicios,
perversidades y distorsiones de la conducta que vienen permeando a la sociedad
dominicana desde finales del siglo XX.
Con “Las jocosidades de Eustaquio: el Tango y
la Tibora”, Disla adiciona al conocimiento que le viene de la formación humanística, el aprendizaje de la
cotidianidad, lo que le otorga una autoridad que le ha permitido estas reflexiones
sobre la vida social que él vierte
en forma humorística.
“Lo bueno, si
breve, dos veces bueno”, ha dicho el sabio Baltasar Gracián. Disla tiene
el privilegio de la escritura breve y ha
formado su libro con aparentes diálogos
de dos personajes ficticios: El Tango y la Tibora. Es como un tratado de
filosofía popular que nos llega en cápsulas, tan fáciles de consumir que las
traga uno sin mayor esfuerzo.
En este primer volumen lo escrito nos llega
en cinco apartados, y hay una afinidad evidente en los aforismos incluidos en cada una. Así, en la primera parte toca lo
atinente a ron y droga. Resulta un elocuente testimonio de la vida dominicana
hoy en día. Venta de drogas en lugares
conocidos por las autoridades, consumo de estas sustancias ante los ojos de todos y como consecuencia la marcada tendencia a la
destrucción, rompiendo primero con los valores familiares y las sanas
costumbres.
Disla emplea un humor agudo y punzante para
el abordaje del segundo tema, que trata de política, corrupción e impunidad,
elementos determinantes para el
impedimento del desarrollo de la República Dominicana.
La delincuencia e inseguridad ciudadana, que campean orondas en nuestro
país, son tratadas por Disla con notable
agudeza y en ocasiones el estilo se torna incisivo como bisturí que corta para eliminar un tumor.
Las salidas que practica el dominicano para
superar el estado de miseria e indefensión que padece, conducen a soluciones
como los viajes en yolas hacia otras tierras. El autor persigue al criollo más
allá de los mares para referirse a sus apuros, luchas y sobrevivencias en un
medio que le es hostil y muy diferente a su hábitat natural.
Hay más jocosidades. Todo lo que concierne al
humano, en particular al dominicano, es observado en este sustancioso libro de
apenas 112 páginas, escrito con sentido humorístico y profundo valor ético. Es
una obra para leer ahora y para ser
estudiada en la posteridad por quienes quieran
conocer un estilo de vida que caracterizó el tramo actual de la historia dominicana,
con sus notables depravaciones, decadencia moral y desenfrenado individualismo.
Diógenes Disla ha compuesto este libro a partir
de una visión, decididamente satírica y a veces caústica, que busca llamar la
atención sobre el peligroso camino que transitamos los dominicanos de ahora. Es un esfuerzo justificado, un esfuerzo que
merece la compensación de la lectura.