RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Las opiniones divulgadas en torno al
modo de escrutinio de los votos en las elecciones del domingo 15 evidencian muy
claramente la posición política de quienes sustentan tales opiniones, sean
juristas, tecnólogos o periodistas. El gobierno de Danilo Medina y su partido,
el PLD, han llevado la voz cantante en la defensa del conteo electrónico.
Los políticos polivalentes –forma
elegante de llamar a los oportunistas- se han dado gusto en eso de ponerse
donde los vean los patronos, rechazando el pedido de los partidos de oposición.
Para un oportunista lo importante es ampararse bajo la gracia de quienes
reparten bienes públicos en pro de seguir en el voraz disfrute del poder.
Entendidos en sociología han
considerado “atípico” el proceso electoral que se vive en República Dominicana.
El Diccionario académico define ese adjetivo de este modo: “Que por sus
caracteres se aparta de los modelos representativos o de los tipos conocidos”. Significa
que estamos ante unas elecciones anormales.
Por eso la comunidad dominicana está
bajo tensiones. Además de las crispaciones que genera un gobierno lanzado a las
calles con todos los recursos del Estado al servicio de sus candidatos, se ha
agregado la introducción de un sistema de conteo de los sufragios que produce
desconfianza en los opositores.
Es ley y tradición en nuestro país
que los votos se cuenten en la mesa electoral. La Ley Electoral 275-97, en sus
artículos 126 y 127, así lo establece: “Terminada la votación, se procederá al
escrutinio de los votos, que estará a cargo de cada colegio electoral, sin que
éste pueda, en ningún caso, delegar o encomendar sus operaciones a personas
extrañas a éste, ni suspenderlas”
El artículo 127 indica: “Se abrirá la
urna y se sacarán de ella las boletas que hubieren sido depositadas, contándolas,
para confrontar su número con el de electores que hubieren votado según los
inscritos en el formulario especial de concurrentes”. A partir de que se cuente
-manos y ojos- en cada colegio, que se recuente electrónicamente.
Ha sido medianamente sensato el pleno
de la Junta Central Electoral al
escuchar el clamor de los partidos y aprobar el escrutinio manual de los votos
en el cien por ciento de los colegios electorales en el nivel presidencial. De
inmediato la medida fue apoyada por el Consejo de la Empresa Privada, aunque no
ha satisfecho a los partidos.
Roberto Rosario, presidente de la
JCE, dijo que esta acción procura “mayor transparencia, tranquilidad y
satisfacción al universo de partidos y la sociedad”. Transparencia es palabra
vital para restablecer la requerida tranquilidad. En República Dominicana está
en juego la paz social. El nerviosismo, es obvio, lo provocan unas elecciones atípicas.
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