Por Ana Isabel Martín - esdiario.com
Madrid.- El presidente estudia otras opciones para
formar tándem con Pablo Casado porque desprenderse de la número dos supondría
serios daños colaterales. Además, ella tampoco tiene interés.
La caída de Cristina Cifuentes ha subido las
apuestas en favor del tándem formado por Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo
Casado para liderar las candidaturas del PP a la Comunidad y el Ayuntamiento
madrileños.
No obstante, la disposición de una y otro a
ser cabezas de cartel es muy distinta. El vicesecretario de Comunicación de los
populares está a lo que diga Mariano Rajoy, y en privado va dejando caer que
sería un honor ser el elegido para una batalla electoral tan crucial.
Sin embargo, la vicepresidenta no tiene
interés en abandonar La Moncloa rumbo a una misión muy complicada para el PP
que le desean más sus enemigos -como José Manuel García Margallo- que sus
amigos. Por algo será. Teniendo en cuenta, además, que si fracasara y no lograra
retener el Gobierno regional sus opciones para sustituir a Rajoy de aquí a un
par de años se verían mermadas.
Con la vicepresidenta se produce una
paradoja. Ni ella quiere irse del Ejecutivo ni el presidente quiere que se
vaya, puesto que su marcha le supondría prescindir de la Vicepresidencia
durante la segunda mitad de su segunda legislatura, que casi todos en el PP dan
por hecho que será la última.
A mayores, ello rompería el tradicional
equilibrio de fuerzas en el Gobierno y el partido entre Sáenz de Santamaría y
María Dolores de Cospedal, cuya más que mejorable relación quedó de manifiesto
en las celebraciones del 2 de Mayo en la Casa de Correos. Otro lío.
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