Una delegación de siete obispos taiwaneses arribó el 8 de
mayo a Roma (Italia) en su camino a la Ciudad del Vaticano para realizar una
visita ad limina, la visita que los obispos diocesanos deben hacer al papa cada
cierto tiempo, generalmente en un período de cinco a diez años, para informarle
sobre la marcha de sus respectivas diócesis y a la vez presentar sus respetos
ante las tumbas de San Pedro y San Pablo.
La delegación está compuesta por los obispos de Hsinchu,
Taichung, Chiayi, Tainan, Hualien, y los arzobispos de Taipéi y Kaohsiung.
El embajador de la República de China (Taiwán) ante la
Santa Sede, Matthew S. M. Lee, recibió a la delegación en el aeropuerto y
conversó con los prelados brevemente, antes de que se dirigieran al Vaticano.
La visita anterior de los siete obispos taiwaneses al
Vaticano fue hace diez años y esta es la primera visita ad limina que hacen
durante el pontificado del papa Francisco, quien asumió el liderazgo de la
Iglesia católica en 2013, explicó Lee.
El diplomático también señaló que, durante su estancia en
el Vaticano, los obispos taiwaneses visitarán varios departamentos de la curia
romana y serán recibidos en audiencia por Su Santidad.
La delegación preparó dos regalos para el papa Francisco.
Uno de ellos es una porcelana Franz basada en una obra del misionero italiano
Guiseppe Castiglione que sirvió ante la corte de la dinastía Ching (Qing,
1644-1912). El otro es una pintura del renombrado artista taiwanés Shen Chen.
El embajador Lee reveló que los prelados agradecieron la
importancia que el Gobierno de la República de China otorga a su visita ad
limina. Los obispos fueron recibidos por la presidenta Tsai Ing-wen antes de
partir hacia el Vaticano. Además, el vicepresidente Chen Chien-jen los agasajó
con un banquete a fin de manifestarles el apoyo del Gobierno a su misión y la
importancia que otorga a las relaciones entre la Santa Sede y la República de
China.
No hay comentarios:
Publicar un comentario