Un tema que es siempre de discusiones
permanentes es sobre la existencia de Dios y la ciencia.
Si buscamos la existencia de Dios en el
materialismo no lograremos nunca tocarlo físicamente, pero él está presente en
toda la naturaleza
Por: José Gómez Cerda | Fuente: Catholic.net
No sólo existe lo que conocemos físicamente.
Si buscamos la existencia de Dios en el
materialismo no lograremos nunca tocarlo físicamente, pero él está presente en
toda la naturaleza: la ciencia humana nunca descifrará la energía espiritual,
lo sobrenatural, ni los misterios de la fe.
Dios no es un ser común. Él se sitúa fuera de
éste orden, está por encima de lo físico material, siendo una voluntad divina,
es una causa que se eleva por todo el ser.
Sabemos imperfectamente lo que Dios es. Sin
poder aprehender su esencia en sí misma.
Dios es la esencia de la vida, misterio
inaccesible a la simple razón, posee propiedad absoluta, tarde o temprano lo
llegamos a conocer en su esencia misma, como Él es.
La fe, que es el conocer a Dios sin verlo, es
el inicio de la vida eterna, una virtud sobrenatural.
La metafísica o « teología natural », es una
ciencia que ordena lo racional o natural, parte de las cosas visibles,
investigando la razón última, llega así al reconocimiento de la existencia de
Dios por analogía, partiendo de la naturaleza.
La teología es la ciencia que nos conduce a
los misterios revelados, arraigada en la fe, acompañada de la razón, es la
ciencia de Dios: es la luz de la razón acompañada de la fe.
Los antiguos definían la Ciencia como el
conocimiento de las cosas por sus causas (cognitio rerum per causas).
Se puede definir también que existen ciencias
por el conocimiento de su demostración, por el conocimiento explicativo.
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