Por Frank Núñez |
Por Frank Núñez
Lo
que construyó Marcio Veloz Maggiolo con su barriada capitaleña de Villa
Francisca, lo cristaliza Antonio Cedeño Cedano (Macho) con su provincia de La
Altagracia, para preservar como paraíso de la memoria los microcosmos que
dieron vitalidad a sus respectivas existencias, desde la niñez hasta la edad
octogenaria que Dios les ha permitido vivir, en pleno gozo de creatividad y
entusiasmo juvenil.
Con Rosa y Julia: Novela genealógica de la Villa de Salvaleón de Higüey, Cedeño da continuación al trabajo iniciado en obras anteriores, en las que rescata estampas de toda la provincia de La Altagracia, con su municipio cabecera, además de sus otras demarcaciones como San Rafael del Yuma, el segundo en importancia; Nisibón, La Otra Banda, Verón, Bayahíbe y Boca de Yuma.
Con Rosa y Julia: Novela genealógica de la Villa de Salvaleón de Higüey, Cedeño da continuación al trabajo iniciado en obras anteriores, en las que rescata estampas de toda la provincia de La Altagracia, con su municipio cabecera, además de sus otras demarcaciones como San Rafael del Yuma, el segundo en importancia; Nisibón, La Otra Banda, Verón, Bayahíbe y Boca de Yuma.
Como
han hecho escritores de otras provincias cuyas obras hemos reseñado por aquí,
se trata de una labor integradora para la conservación de la memoria histórica
de los pueblos, tan necesaria para la sana formación de las comunidades, y para
el hombre como ente biopsicosocial y espiritual.
El
abuelo Juan Ramón y el nieto que estudia administración de empresas, para tener
que ser profesor como su padre, establecen un diálogo en el que refieren toda
la historia higüeyana desde la era precolombina hasta el siglo XXI.
La
novela incluye el anecdotario de las familias Cedano, Guerrero, Cedeño, Rijo,
Montás, Núñez, Roca, Barreiro, Pumarol, Durán, Mota, Duluc, Alvarez,
Villavicencio, Julián, Botello, Valdez y Pouerié, que por cierto, a estas
últimas cuatro, les recitaban un famoso estribillo.
Nadie
olvidará la del bebedor que cumplía años cada tres meses, sorprendido por el
metódico profesor Luis Valdez.
Quienes
lean la novela Rosa y Julia, editada por Santuario, podrían coincidir con los
periodistas Denis Mota Álvarez y Miguel Rone, en sus respectivas
presentaciones, en que la obra es un aporte al rescate de la saludable vida
sencilla, sin la enfermiza fanfarria del consumismo actual. www.elcaribe.com.do
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