Exhortó
a las autoridades, sociedad civil, empresarial y a la comunidad dominicana en
Trinidad y Tobago a ofrecer todo su apoyo al nuevo embajador Su Excelencia Wellington Bencosme, que sabrá
impulsar aún con mayores bríos todos los esfuerzos para seguir articulando intercambios y vasta cooperación entre la
República de Trinidad y Tobago y la República Dominicana, como aporte a los
buenos nexos que deben prevalecer entre todas las naciones.
A
través de una emotiva carta, el
embajador Serulle Ramia, agradece la acogida del pueblo, las autoridades gubernamentales, universidades, escuelas, las
distintas cámaras comerciales, gobiernos locales y medios de comunicación que
le ofrecieron su apoyo para que como Jefe de Misión pudiera representar
dignamente, a la República Dominicana en la isla caribeña de habla
inglesa.
“Luego
de once años y siete meses como Jefe de Misión de nuestro país en esta sagrada
tierra de Trinidad y Tobago, Representante Permanente ante la Asociación de
Estados del Caribe (AEC) y Decano del Cuerpo Diplomático por más de cinco años,
nos corresponde, junto a mi esposa, Dra. Jacqueline Boin, despedirnos de las
autoridades, alcaldes, representantes de asociaciones empresariales y
comunitarias, y amigos y amigas que supieron ofrecernos su hospitalidad, su
sonrisa afable y sus deseos de profundizar vínculos con la República
Dominicana”.
Expresó
que su complacencia por los apoyos recibidos, el estrechamiento de la
colaboración y la solidaridad extendida entre los pueblos dominicano,
trinitario y cariños, gestos que marcan
su gestión al frente de la Embajada dominicana.
Serulle
Ramia expresó palabras de gratitud para la ejemplar diáspora dominicana en ese
país. “Hemos tenido un apoyo permanente de los nacionales que viven y trabajan
en Trinidad y Tobago. Valoramos el comportamiento que exhiben y que pone en
alto a la República Dominicana. Junto a ellos hemos podido penetrar, a través del
deporte, de la gastronomía, de los negocios y de la música, en el corazón de
este pueblo y de personas provenientes de otras nacionalidades, en especial del
Gran Caribe”.
Durante
este tiempo, indicó el diplomático, “hemos aprendido a valorar con mayor fuerza
el alcance de un país que preserva lo multicultural y cuida la naturaleza. Las expresiones culturales diversas, atadas a
su música, a su baile, a sus letras, a sus tonalidades lingüísticas, a sus
creencias y a sus modos de vida, y a todo lo que encierra el espíritu creativo
de este maravilloso pueblo, hacen de Trinidad y Tobago un tesoro de la
humanidad. A esto se agrega el valor que se concede a la diversidad biológica,
con la conservación de su fauna y su flora, sus bosques, sus ríos, sus
coloridas costas y verdes aguas marinas”.
Finalmente
dijo “partimos físicamente, porque en
espíritu nos sentimos ser parte de este precioso territorio y de su laboriosa y
creativa gente”.
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