Yanessi Espinal | El Caribe
El combate al coronavirus sigue siendo el
principal reto del presidente Luis Abinader. Presidente choca con iglesias por
aborto; toque de queda generó la primera protesta de cacerolazos esta semana
El gobierno del presidente Luis Abinader cumple mañana cinco meses bajo presión por el toque de queda y medidas restrictivas que ya generó la primera protesta de cacerolazos a la gestión del Partido Revolucionario Moderno (PRM). El disgusto vinculado a las medidas restrictivas no se circunscribe al servicio limitado de bares y restaurantes, que encabezaron los cacerolazos.
Ciudadanos también se quejan del trato de las
autoridades policiales y los partidos de oposición instan a no limitar la libre
circulación y rechazan las multas.
En los últimos días, el tema que ha generado
irritación es el de catálogo de multas que estableció la Procuraduría General
de la República, calificado de ilegal por varios abogados. Esa institución ha
informado que revisará la base legal de esas sanciones económicas.
Otros temas que generan presión son el plan
de vacunación que el Gobierno no termina de difundir, el creciente contagio de
casos de covid-19, la ocupación del 60%, hasta ayer, de las camas para COVID-19
en cuidados intensivos y las dificultades para acceder a las pruebas de
detección del virus.
La Administración de Abinader también inició
el desmonte de los programas sociales al dejar sin efecto a partir de este mes
el programa Fase II e inició el desmonte gradual del programa Quédate en Casa
con la reducción de 5 mil a 3 mil pesos que reciben más de un millón 600
personas desde mayo del 2020.
El cese de Fase I podría impactar alrededor
de 763 mil 167 empleados de 53 mil 154 empresas que entraron en los programas
Fase I y II por el impacto de la pandemia. Según los datos del Ministerio de
Hacienda al 21 de diciembre pasado, el número de empleados beneficiados de esos
programas era de 940 mil 930, de los cuáles, 177 mil 763 corresponden a Fase I,
y los restantes 763 mil 167 a Fase II. Habría que ver al término de este mes si
esa medida podría provocar despedidos masivos de empleados y cierre de pequeñas
y medianas empresas.
Por otro lado, el Colegio Médico Dominicano
(CMD) denunció que más de 400 galenos nombrados por Salud Pública recientemente
no han cobrado en tres meses que llevan laborando.
Según las estimaciones del Banco Central la
economía se contrajo en un 6% en el 2020, pero inició la recuperación en el
último trimestre del año y se proyecta que en el 2021 alcance un crecimiento de
5%. Relativo a la economía un tema que preocupa es que la recuperación del
turismo no será tan acelerada como se pensaba por el impacto de la segunda ola
de contagios de la Covid-19, según reconoció Joel Santos, miembro del gabinete
de turismo del gobierno y asesor del presidente Abinader sobre el tema.
Igualmente, el endeudamiento del país está
bajo la vigilancia de la Comisión Económica América Latina y el Caribe (Cepal)
que observó que el nivel de deuda alcanza casi el 70% del PIB con un aumento de
14 puntos luego de la pandemia. Ayer, el Ministerio de Hacienda informó de la
colocación de 2 mil 500 millones de dólares en bonos.
Frente con iglesias
El presidente Abinader arriba a los cinco
meses de presidente en un enfrentamiento con las iglesias que tiene como mayor
exponente a la Iglesia católica. La razón del choque es que el presidente de la
República declaró que apoya la despenalización del aborto en tres
circunstancias distintas, a lo que se oponen de manera radical las iglesias.
El pasado domingo, la Conferencia del
Episcopado Dominicano emitió un comunicado en el que ratifica su postura y
apeló a que se respete el artículo 37 de la Constitución que establece el
respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte. El primero de este mes,
en el tradicional evento que dirige el pastor Ezequiel Molina conocido como “La
Batalla de la fe” que se realiza cada primero de enero, el líder evangélico
aprovechó la ocasión para emitir duras críticas contra la postura del
gobernante con relación al aborto. Incluso, recientemente, Molina criticó
duramente el toque de queda que impone el gobierno por la pandemia.
“Yo estuviera de acuerdo con el toque de
queda, solo si yo fuera masoquista. Y creo no serlo”, expresó Molina a través
de su cuenta de Twitter.
El obispo de Baní, monseñor Víctor Masalles
es una de las voces más dura de la iglesia que protestó ante la declaración del
presidente Abinader y ha aprovechado para criticar al gobernante. Una de esas
críticas ocurrió cuando Abinader con golpe en la mesa dijo que nadie está por
encima de la ley y Masalle le respondió, por Twitter: “Muy bien dicho!!, y yo
espero que esto también ocurra con la Constitución”.
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