El Cañero

12 de enero de 2021

EUGENIO MARIA DE HOSTOS = EDUCADOR Y MASON

 

El Día Nacional de la Educación se celebra cada año el 11 de enero en celebración del natalicio de nuestro hermano masón, Eugenio María de Hostos (1840-1903), educador, filósofo y escritor puertorriqueño llamado el Ciudadano de América por su empeño en la lucha de la independencia puertorriqueña y la idea de una Confederación Antillana entre Puerto Rico, República Dominicana y Cuba.

Aunque olvidado este importante día por casi todos, el momento histórico que vivimos en República Dominicana exige de una seria y participativa reflexión que promueva cambios en el sistema educativo, porque los objetivos van cambiando con el tiempo y la masonería dominicana no debe dejar de pasar desapercibida la importante fecha.

En el período de la Colonia, la educación tenía una orientación religiosa, seguida por el concepto de la independencia con otras metas muy diferentes a la filosofía escolástica; donde surgen las ideas más progresistas, lográndose cambiar con la época el derecho divino del monarca por el derecho del hombre.

Fue Hostos quien creó un sistema de enseñanza actualizado a la realidad existente que vivía la República Dominicana del siglo XIX basado en la educación en la escuela, creando una estructura de muchos maestros con una obligación social.

Hostos no fue comprendido en ese momento histórico, porque pretendía proponer un modelo educativo diferente. Las visiones científicas y éticas que quiso explicar fueron vistas sospechosas y no aplicables, como una aspiración ideal. “Hostos quería escuela para todo el mundo, que no se quedara sin tomar un sorbo de esa agua mágica que es la educación”.

Hostos trae una concepción educativa acorde con la realidad histórica, una educación científica que desterró de las aulas, en las que el ilustre hermano masón educó, toda idealización sobre los hechos y dirigió a los alumnos a usar más la razón. Su Escuela era considerada racionalista.

Por esa razón, Hostos creó una práctica educativa y muchos de sus discípulos, a quienes se conoció como los normalistas, eran las personas de confianza para ir proyectando la idea educativa.

El modelo educativo hostosiano perduró muchos años después del fallecimiento de Hostos en 1903. Sus procedimientos pedagógicos y su ideario moral conformaron una generación de maestros dedicados al Gran Logia de la Republica Dominicana, Inc., servicio del alumno. Pero el deterioro de la sociedad dominicana, sus luchas caudillistas, y sobre todo la intervención norteamericana, pusieron en duda todas las ilusiones que ellos habían cifrado en las instituciones democráticas de los pueblos.

La educación dominicana necesita terminar de despojarse de toda idealización de los hechos o fenómenos que la ciencia hoy día aborda con verdadero acierto. Igualmente necesita acabar con la educación tradicional, que sostiene una enseñanza basada principalmente en la memoria. Debe marchar hoy conforme con los avances y las exigencias del siglo XXI en cuanto a la educación, y así nuestra vida social sería más enriquecedora.

Esto requiere el despliegue de una estrategia sistémica que responda a los desafíos que comenzamos a identificar, como, por ejemplo, formar a estudiantes que enfrentarán trabajos, oficios que aún no conocemos, porque no se han creado, pero, ya podemos predecir un cambio en el mercado laboral, dado que cada vez más tareas se automatizan, se digitalizan lo que sin duda será un impacto social y exigirá al campo educativo soluciones pertinentes.

Hoy, el gran consenso apunta al desarrollo de las llamadas competencias para el siglo XXI, que son transversales al currículum escolar y flexibles al cambio, ya que están asociadas al desarrollo de capacidades plenamente humanas (la mayoría del tiempo en sus estadios superiores). Los modelos conocidos de competencias hacen un énfasis especial en las llamadas “cuatro C”, que comprenden las habilidades de la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la comunicación, a lo que sumamos metacognición y las funciones ejecutivas que nos permiten “aprender a aprender”, reflexionar y adquirir conciencia sobre los procesos personal y colectivo de aprendizaje.

Junto con abordar las grandes temáticas que enfrentarán nuestros estudiantes, tales como el cambio climático, los fenómenos migratorios, los conflictos internacionales y los problemas de salud, los sistemas escolares del mundo se están haciendo cargo gradualmente de nuevas asignaturas, disciplinas y conocimientos, tales como alfabetización en TIC, educación financiera, pensamiento computacional, formación ciudadana e interculturalidad y aprendizaje en servicio, así como implementando estrategias pedagógicas activas y transversales, tales como las metodologías de proyectos, resolución de problemas e indagación.

El objetivo de la nueva actividad formativa, requiere de manera urgente de un espacio de debate sobre las estrategias que deben aplicar los docentes y establecimientos de educación para mejorar el desempeño de los alumnos en el futuro, en un contexto de constante cambio.

Como Masones creemos que formar niños y jóvenes para el mundo de hoy, hiperconectado y digitalizado, implica cambiar la forma en que estamos enseñando en las escuelas. Por eso, queremos hoy honrar con estas recomendaciones al maestro de

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