Juan Olmedilla, Julio Ayesa y Tomás Terry tuvieron mucho que ver en el romance entre el cantante y la socialité filipina, que se casaron hace 50 años.
Este miércoles 20 de enero se cumplen 50 años
de la boda que revolucionó al país: la del cantante Julio Iglesias con Isabel
Preysler, celebrada en Illescas (Toledo). La pareja más icónica de España se
había conocido solo ocho meses antes de su enlace gracias a tres hombres que,
en mayor o menor medida, influyeron en el romance. Desde entonces sus nombres
también forman parte de la inolvidable historia de este extinto pero a la vez
legendario matrimonio.
La primera vez que el artista y la socialite
coincidieron juntos fue en una fiesta en honor a la bailaora Manuela Vargas
organizada por su buen amigo Juan Olmedilla, el primero de nuestros
protagonistas. Olmedilla era un importante ejecutivo de Madrid y el perejil de
todas las fiestas en aquellos años. Isabel llevaba unos meses instalada en la
casa que sus tíos, Tessy y Miguel Pérez Rubio, tenían en el paseo de la
Castellana. Sus padres la habían mandado desde Filipinas a España con el
objetivo de alejarla de su primer novio, Juni Kalaw, 15 años mayor que ella.
Por su parte, Julio ya era un cantante conocido que, en aquel entonces, salía
con la actriz británica Jean Harrington, con la que había coincidido en el
rodaje de la película La vida sigue igual. Convertido en un hombre de mundo,
acababa de aterrizar procedente de Londres y, aunque estaba muy cansado,
finalmente se animó a aceptar la invitación de Olmedilla. El cantante sabía que
era beneficioso para su carrera dejarse ver en sociedad y relacionarse con
gente poderosa.
Cuando llegó a la casa de su amigo se
encontró con todo Madrid: Carmen Martínez-Bordiú, Cari Lapique, Mariluz
Barreiros o Chichina Salas, hija del que fuera director del Museo del Prado.
Pero Julio solo tuvo ojos para la más exótica de todas las invitadas.
–Oye, Juanito, ¿quién es esa chavala tan
espectacular?
–Isabel Preysler. Es filipina y está
estudiando en las Irlandesas.
–¿Por qué no me la presentas?
–Espera un momento que voy a decirle al
criado que ponga más bebidas. Ahora mismo vuelvo y os presento. De todas formas
te aviso, tiene fama de "estrecha".
Para cuando el anfitrión regresó con el
objetivo de presentarle a Preysler, esta ya se había marchado con su amiga
Marta Oswald según reproduce la periodista Paloma Barrientos en su libro Isabel
Preysler, reina de corazones, la primera biografía de la filipina, cuyo prólogo
firmó Paco Umbral.
Unos días más tarde, Isabel recibió la
llamada de un buen amigo de Julio, el relaciones públicas Julio Ayesa, uno de
los organizadores mejor conectados de la noche madrileña y el segundo hombre
clave en la épica amorosa de Preysler e Iglesias. Amigo de Pat y Eunice
Kennedy, hermanas de John F. Kennedy, o de los Rothschild ha llevado a cabo
algunas de las mejores fiestas del país, como la inauguración de Puerto Banús
hace también 50 años.
“Yo fui el responsable de que se conocieran”,
asegura Ayesa por teléfono. Este navarro, íntimo también de Pitita Ridruejo, se
convirtió en un buen amigo de Iglesias desde que se lo presentara el
representante del artista por entonces, Enrique Herreros. Ayesa, que ya sabía
del interés de Julio Iglesias en ella, urdió el plan perfecto. Habían pasado 15
días de esa primera coincidencia. Llamó a Isabel y la animó a que asistiera a
la fiesta que Tomás Terry ofrecía en Casa de Campo. Por su parte Juan Olmedilla
telefoneó a Julio para contarle que aquella noche estaría la chica filipina.
Julio Iglesias deshizo todos los planes y dejó plantada a su novia de entonces,
Jean Harrington. “Como sea una gracia de Olmedilla y de Ayesa, los mato”, dijo
Julio, según Paloma Barrientos. Pero no lo era. Allí, Julio Iglesias logró
finalmente conocer a Isabel Preysler.
La fiesta la organizaba Tomás Terry, el
tercero de los implicados en que Julio e Isabel coincidieran. Este empresario
de El puerto de Santa María es hijo del famoso bodeguero Fernando Terry. A
pesar de que desde niño tuvo problemas para andar, siendo joven dio la vuelta
al mundo y se convirtió en un relaciones públicas al más alto nivel. Sus
contactos: desde el príncipe Carlos de Inglaterra a Naty Abascal.
Aquel día de 1970, Tomás, ex marido de Pilar
González de Gregorio, hija de la duquesa de Medina Sidonia, celebraba que su
caballo, Descarado II, había ganado el premio de campeón nacional de pura raza
española. Al evento, que tuvo lugar en la Casa de Campo, acudieron el marqués
de Cubas, Paco de Lucía, Camarón y Lola Flores, quien al final del evento se
animó a cantar. Julio Iglesias también lo hizo y deleitó a todos con
Gwendolyne.
Tras la velada, Julio acompañó a Isabel a
casa. Tres semanas después, volvieron a verse en un concierto de Juan Pardo.
Así, entre encuentro y encuentro, pasaron ocho meses hasta que Isabel, ya
embarazada de su primera hija, Chábeli, se casó con el cantante en Illescas
(Toledo) en una iglesias abarrotada de prensa. Los fotógrafos se subían a los
bancos para tener mejor ángulo y los novios tuvieron que repetir el “sí quiero”
porque no había quedado registrado. De aquello han pasado ya 50 años.
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