Moradores del municipio de Constanza, provincia La Vega, están alarmados debido a que las montañas del lugar, en las que están prohibidas las producciones agrícolas, por ser cuna del nacimiento de importantes ríos, han sido tomadas por grandes productores, entre ellos funcionarios civiles y militares, que monopolizan el uso del agua, reduciendo los caudales que deben regar la agricultura en el valle.
Han manifestado que el ritmo de represamiento de las aguas y construcción de pozos tubulares es tal, que en poco tiempo el valle de Constanza podría colapsar como zona de alta producción.
“Pero peor que la depredación y el caos, es la indiferencia de las autoridades frente a estas prácticas prohibidas en áreas protegidas”, denunció Nelson Batista, del Consejo Comunitario de esa localidad, quien considera que los mandos del lugar son totalmente infuncionales y se hacen de la vista gorda ante la problemática.
De acuerdo a Batista, una gran parte de la producción agrícola de Constanza está enquistada en las montañas, donde decenas de pozos tubulares y motobombas drenan el agua de la parte alta en detrimento de la agricultura del valle y de la población.
“Los daños son visibles en las comunidades de Cruz de Cuaba, El Paragua, Los Suriel, La Culata, Los Bermúdez y otras, donde se pueden observar las montañas deforestadas y erosionadas, luego de haber sido usadas para el cultivo de papa, cebolla, zanahoria, brócoli, lechuga y otros alimentos”, apuntó.
Expuso que en algunas propiedades se han perforado hasta cinco pozos tubulares. Además, que muchos agricultores colocan bombas en ríos represados para llevar agua hasta cuatro kilómetros de altura.
Principales causas
A juicio de Nelson Batista, lo anterior ocurre principalmente por el desbordamiento de las fronteras agrícolas, mediante la búsqueda cada vez más lejos “lomas arriba” de suelos “vírgenes” o con acceso a fuentes de agua, llevándose consigo bosques en zonas vitales para la sostenibilidad ambiental.
Además, por la sobreexplotación de los predios, pues quieren sembrar al mismo tiempo, y en épocas diferentes, rubros que solían ser de temporadas, lo cual hacen sin detenerse a planificar las consecuencias de ese desenfreno.
Otro factor que preocupa a los residentes de Constanza es la construcción de reservorios para asegurar el líquido, e incluso se está trasvasando agua del río Los Dajaos, en Jarabacoa, hacia Constanza.
Ante esta situación de degradación natural de esa jurisdicción, algunos ciudadanos han conformado el Consejo Ambiental de Constanza, cuya presidenta, María Reyna Mena Feliz, indicó que la migración hacia la agricultura de montaña se debe a la falta de agua en el valle, que era el lugar destinado para las cosechas, por lo que los agricultores han ido en busca de la humedad y tierras nuevas.
“Pero luego de algunas siembras terminan dejando esas lomas devastadas y migran a otros montes vírgenes”, dijo.
Afirmó que la escasez es tal que la Junta de Regantes ha anunciado que no hay agua disponible, por lo que el agricultor que no tiene pozo tubular está arriesgándose a perder su cosecha.
“Es como si existiera un afán por exprimir de una sola vez lo que tenga para dar este privilegiado territorio. De hecho, muchos de los nuevos productores ni siquiera son de la zona, son inversionistas a los que sólo les interesa venir, explotar, sacar su inversión y plusvalía y luego…que sea lo que Dios quiera”, apunta.
“Los pozos tubulares antes eran ilegales, ahora hay uno por cabeza y algunos tienen hasta cinco en sus cultivos,” indicó.
Mena Feliz declaró que los daños que se están infligiendo a las montañas se evidencian con la fuerte sequía y los cambios bruscos de las temperaturas y lamentó que ya el atractivo de ese clima fresco que existía en Constanza durante todo el año se ha ido perdiendo.
Entiende que hace falta la actuación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), y el Ministerio de Agricultura para que lleven conciencia al agricultor de que su práctica sea menos agresiva al medio ambiente.
En tanto que Jhonny Marte, también del Consejo Ambiental, señaló que urge la aprobación del proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial para que se regulen los usos de suelo en las montañas, donde se está haciendo agricultura intensiva.
Marte, quien fue director ambiental en Constanza, estimó que de 120,000 tareas que se están cultivando, la mitad está en la montaña. Deploró que zonas productoras de agua que anteriormente estaban protegidas y vigiladas, hoy son ocupadas libremente por agricultores y dueños de cabañas turísticas.
Finalmente criticó la ausencia de las autoridades en la solución del caso y abogó por el reforzamiento de la oficina de Medio Ambiente. Deploró, además, que los ministros de Agricultura y Medio Ambiente, Ángel Estévez y Bautista Rojas Gómez, respectivamente, no muestren preocupación por la situación originada con la explotación agrícola en esa demarcación. (http://dominicanoshoy.com/)
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