La
experiencia y el estilo de Gianvito Rossi le ha ganado un sitio especial entre
los diseñadores internacionales de calzado
En 2009,
los principales diseñadores de calzado cayeron rendidos ante los zapatos con
plataformas colosales. Las propuestas, de una altura cada vez más vertiginosa,
lucieron en pasarelas, alfombras rojas y publicaciones especializadas. Sin
embargo, Gianvito Rossi, fundador de una firma en ese entonces emergente, se
opuso de manera tajante a esa tendencia y, por el contrario, ofreció piezas
sofisticadas y discretas. “Mi idea es crear calzado con los menores ornamentos
posibles”, declaró alguna vez. El tiempo, la experiencia previa y una clientela
tan selecta como influyente terminarían por darle la razón.
A pesar de
que con el paso de los años integró algunos modelos de plataformas a sus
colecciones, la especialidad de Rossi son los pumps. Este clásico del calzado
femenino, concebido por él con una punta triangular y un delgado tacón que casi
nunca rebasa los 11 centímetros, suele sorprender más a sus clientas por su
comodidad que por el impacto de su diseño. Gracias a ellos, ha logrado
posicionarse en poco menos de una década a través de colaboraciones con
diseñadores como Joseph Altuzarra y colecciones en las que reinventa algunos de
sus más grandes éxitos.
Un
zapatero experimentado
En el
imaginario colectivo, existen algunos diseñadores de calzado que son sinónimos
de sensualidad, elegancia y de creaciones que llaman la atención. Sergio Rossi,
padre de Gianvito, es uno de ellos y desde los años 60 ha calzado algunos de
los pies más famosos del mundo, por lo que decir que Gianvito creció rodeado de
zapatos no es una exageración. A través de su padre, quien a su vez es hijo de
un zapatero, logró aprender los detalles artesanales que distinguen al calzado
italiano como uno de los mejores en el mundo. Por si eso fuera poco, las dos
décadas que pasó trabajando a su lado durante su juventud le permitieron
comprender la importancia de tener un balance entre las piezas en tendencia y
los estilos que nunca pasan de moda.
En 2005,
el corporativo de Kering finalizó la compra de las acciones en la compañía,
iniciada cinco años atrás. Gianvito dejó el negocio familiar y en septiembre
del año siguiente se lanzó en solitario. “De entrada, la relación con mi padre
me permitió despertar el interés por parte de clientes y editores de moda. Sin
embargo, junto con esa atención venía una expectativa muy alta sobre mi
apellido. La comparación inició de inmediato”, señaló a la edición italiana de
Vanity Fair.
De Europa
para el mundo
Existen
dos mujeres clave en la inspiración y éxito de Gianvito Rossi. La primera es
Romy Schneider, actriz de origen austriaco que triunfó en el cine europeo desde
los años 50 hasta su muerte en 1982 y ha sido señalada como una de sus musas al
diseñar, por ejemplo, el zapato “Romy”, una pieza sensual, elegante y atemporal
—atributos con los que se ha calificado el estilo de Schneider— en charol negro
y con una correa en forma de T. La segunda es la editora de moda Carine
Roitfeld, quien con frecuencia incluyó sus diseños en la edición francesa de
Vogue. El apoyo de Roitfeld —que continúa en su puesto actual como directora
global de moda para Harper's Bazaar— abrió las puertas para que unos años
después las celebridades —Diane Kruger, Gwyneth Paltrow y Reese Witherspoon,
entre muchas otras— y editoras lucieran sus creaciones.
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