Por: José Luis De Ramón
Socio Director
jlderamon@deloitte.com
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Aunque estamos a pocos días de las
elecciones, el tema de la reforma fiscal ha saltado al tapete. El Presidente
Medina, que busca su reelección, no ha evadido tocar el tema.
La reforma fiscal va… y pronto.
A una reforma fiscal se le deben pedir muchas
cosas. Que traiga equidad, que mejore la calidad del gasto y que el sistema
tributario no sea un obstáculo para el crecimiento, son los requisitos
principales.
República Dominicana no es un modelo de
equidad. En nuestro país de cada RD$100 que recauda el Estado, RD$63 los pagan
los consumidores.
Como se observa en el gráfico, el impuesto al
consumo como porcentaje de los ingresos tributarios totales en nuestro país es
el más alto de toda América Latina, con excepción de Bolivia, y está muy por
encima de la media Latinoamericana. En promedio, los latinoamericanos financian
sus presupuestos con un 49% proveniente de impuestos al consumo y un 51% de
otros impuestos (que incluyen impuestos a los ingresos y al patrimonio).
Si la reforma fiscal va a ser equitativa,
deberá llevar a que las rentas y el patrimonio aporten más, proporcionalmente,
de lo que lo están haciendo ahora.
La tasa de ISR ya es alta. El reto, por
tanto, es grande.
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