Escrito por Augusto
Valdivia
Construcción de un hotel en Bávaro, Punta Cana, en la provincia La Altagracia. Foto: Augusto Valdivia |
Estamos siendo testigos de excepción de como los
empresarios hoteleros agrupados en la Asociación Nacional de Hoteles y
Restaurantes de República Dominicana (Asonahores), han hecho pública su
petición de reconsiderar la resolución del 12 de octubre de 2017, publicada en
diciembre en curso, que permite edificaciones por encima de los 5 niveles y
hasta los 22 niveles en Macao, Punta Cana, para complejos turísticos nuevos.
¿Por qué si esa resolución que según los actores tiene
nueve de tomada, es ahora cuando el Gobierno la pública y Asonahores la
reclama?
Pero resulta extraño que el sector hotelero no esté al
unísono con la visión de desarrollo nacional y, después de revisada la referida
resolución, nos surgen una serie de “por qué”, sobre la cual nos gustaría
reflexionar.
¿Por qué si esa resolución que, según los actores, tiene
nueve años de tomada, es ahora cuando el Gobierno la pública y Asonahores la
reclama?
¿Por qué si la resolución establece las diferentes
categorías de inversión turística que se pueden y que no se pueden realizar,
según las normativas, diviendo la Unidad Ambiental de Macao en cinco secciones:
Sección Costa, Sección Manglar, Sección Turística primera Línea, Sección
Turística Segunda Línea y Sección Expansión Turística, siendo a partir de medio
kilómetros de la playa que se autoriza a construir sobre los 5 niveles y hasta
22, existe oposición a este tipo de proyectos, cuando ni siquiera estarían en
la playa? a menos que no veamos algo que ellos no ven.
¿Por qué si el modelo actual de edificaciones de baja
densidad ha sido exitoso en la zona Bávaro - Punta Cana cerca de la playa, no
se pueden buscar alternativas sin afectar los manglares y lagunas de la zona,
como tuvieron que ser afectadas amplias zonas en los actuales proyectos, dando
prioridad al desarrollo turístico ante la protección al medio ambiente?
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