El Cañero

29 de diciembre de 2017

2017 podría haber sido el año en que Rusia y EE. UU. Lo constituyeron. Ahora están al borde de la nueva Guerra Fría

Vladimir Putin y Donald Trump en la Cumbre de APEC
 / Reuters / Jorge Silva
Danang, Vietnam.- En este día, hace 12 meses, Moscú se resistió a tomar represalias ante el lanzamiento diplomático de Barack Obama, con la esperanza de un nuevo comienzo. En cambio, 2017 ha sido el peor año de relaciones entre EE. UU. Y Rusia desde la caída del Muro de Berlín.
Tres semanas antes de abandonar la Oficina Oval, Obama expulsó a 35 diplomáticos rusos y cerró dos propiedades propiedad de Moscú en los Estados Unidos por reclamos de intromisión electoral. Se esperaban medidas contrarias.
"Invito a todos los hijos de diplomáticos estadounidenses acreditados en Rusia a las fiestas infantiles de Navidad y Año Nuevo en el Kremlin", anunció el presidente ruso, Vladimir Putin, aprovechando el momento para mostrar una magnanimidad festiva inesperada.
Sin embargo, en ese punto, el papel del hombre de los sacos ruso como explicación de la derrota de los demócratas en las elecciones de 2016 y el arma con la que se deslegitimizaría al presidente entrante Donald Trump, se fijó. 'Shattered', la simpática crónica de la condenada carrera presidencial de Hillary Clinton, detalla cómo "menos de 24 horas después del discurso de la concesión" su jefe de campaña John Podesta y su equipo se reunieron en su cuartel general para forjar la narrativa de los próximos meses”. El pirateo ruso fue la pieza central”.

El 10 de enero de 2017, BuzzFeed publicó el dossier Christopher Steele financiado por el DNC, un documento histórico no por las revelaciones contenidas en él, sino como un marcador de la fortaleza de los sentimientos en contra de Donald Trump, y un hito para el abandono deliberado de las normas periodísticas estadounidenses para una causa política.

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