Dec 01, 2016 11:00 pm
Destelao.com:
Santo Domingo.- Emprender supone escenarios de incertidumbre, donde la mayoría de los elementos están fuera de nuestro control, es por eso que es un estilo de vida que se convierte en un constante proceso de prueba-error donde vamos validando el mercado y las estrategias para hacer ajustes lo antes posible y seguir creciendo con los aprendizajes de cada paso.
Uno de los factores determinantes a la hora de emprender es el capital humano, empezando por nosotros mismos, debemos validar si nuestros conocimientos y experiencias son suficientes para llevar a cabo la idea que tenemos, eso supone darnos cuenta de lo divorciada que está la teoria de la práctica en la mayoría de los casos, de que lo que funciona perfectamente en otros países aquí no es aplicable, o simplemente hacernos conscientes de nuestras debilidades o fortalezas emocionales. Al hablar de factor humano también importan los socios y colaboradores, encontrar una motivación, procedimientos de trabajo y permanencia a veces es más complejo que obtener nuevos clientes y aumentar las ventas. Entender como equipo de trabajo que es mejor reinvertir las utilidades antes que repartirlas para lograr la estabilidad de la empresa, o hacerles entender que ventas no es igual a ganancias, que fácilmente vendemos RD$1,000,000.00 y nuestros costos operativos son de RD$1,100,000.00.
Otro factor a validar es el mercado, qué quieren nuestros clientes, cómo llegaremos a ellos, su capacidad de compra, quiénes son nuestros competidores con productos o servicios iguales, similares o sustitutos, si la propuesta de valor realmente significa algo para nuestros clientes y si somos diferentes a los demás. El mercado es nuestra prueba de fuego, porque al ser quienes pagan son los que nos hacen ganar o perder dinero, crecer o desaparecer, son quienes nos aprueban o desaprueban. Regla básica: ¡Si no hay quien pague no hay negocio!
¿Y qué decir de las estrategias? El papel lo aguanta todo, en el podemos ir a la luna, tomarnos un café y regresar antes que se ponga el sol. Pero, ¿qué pasa a la hora de ejecutar? Debemos ir validando nuestras estrategias paso por paso, muy cuidadosamente, pues estas nos pueden salir muy caras. Si algo no funciona debemos cambiar lo antes posible, de ahí que los emprendedores debemos tener la suficiente madurez de no aferrarnos al algo, sino ser flexibles, y cambiar de estrategia a tiempo, no de visión, no las metas, pues estas son las que nos guían. Se trata de cambiar de ruta.
En conclusión, como emprendedores debemos tener los ojos abiertos, corazones dispuestos y manos listas para ajustar lo que sea necesario a la brevedad posible. Al hacer de esta una práctica saludable, la prueba-error nos ayudará a estar alertas, a perder lo menos posible, a cambiar a tiempo, y vivir en un mejoramiento continuo. Los imprevistos siempre están, ¿estamos preparados?
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