31 de diciembre de 2016

Entre los últimos revolucionarios de la Sierra Maestra

Por 
Rubén Garcés Tamayo, de 80 años, llora cuando conversa sobre Fidel Castro
con el capitán Alberto Mojena, de 86 años, en la casa de este último en Guisa,
en Sierra Maestra. CreditLisette Poole para The New York Times
GUISA, Cuba – Los combatientes de Guisa, en las laderas de la Sierra Maestra, hicieron una Guardia de Honor que duró cuatro días por la muerte de Fidel Castro.
Una mirada desde la Sierra MaestraCredit
Lisette Poole
La noticia de su muerte, la noche del 25 de noviembre, los agarró a casi todos dormidos y rompieron a llorar cuando fueron despertados abruptamente de sus sueños revolucionarios.
 “Mi hija me llamó y sentí como un latigazo en la espalda”, recuerda Miguel Méndez, de 78 años.
 “Yo estaba recostado soñando profundo, de lo mejor asere, cuando mi mujer me zarandeó y casi le pego del susto”, dijo Sergio Loynaz, de 75 años. “Habría sido mejor no despertarme”.
Hace algunos días, una cadena noticiosa de Florida divulgó un video en el que los viejos abuelos cubanos eran despertados por sus familiares que les daban la noticia de la muerte de Fidel Castro. Esos ancianos lloraban de gozo y brincaban de alegría. Pero a miles de kilómetros, en muchos pueblos cubanos como Guisa, los viejos lloraban de pena.
“Casi no puedo hablar de Fidel… se me parte el corazón. Uno perdió lo más preciado del mundo, que era ese hombre”, dijo Rubén Garcés Tamayo, de 80 años, que fue uno de los mensajeros que llevaba recados y provisiones a los guerrilleros de la Sierra Maestra entre 1956 y 1958.
Guisa fue fundada en agosto de 1765, luego se convirtió en un marquesado y a mediados del siglo XX fue uno de los pueblos rebeldes de la Sierra Maestra donde se libraron cruentos combates entre el ejército de Fulgencio Batista y los guerrilleros de Castro.
Este municipio montañoso de la provincia de Granma está ubicado a 16 horas en carro de La Habana. Con una extensión de 596 kilómetros cuadrados y unos 49.000 habitantes tiene una posición estratégica porque es un puente natural entre las llanuras del río Cauto y la Sierra Maestra; además está a pocos kilómetros de Bayamo, donde estaba el segundo emplazamiento militar de mayor importancia del Oriente de Cuba. Eso explica por qué Castro lo escogió como un enclave estratégico para acciones bélicas.
 “Fidel llegó a Guisa el 18 de noviembre de 1958 con unos 180 efectivos y solo 24 veteranos del ejército”, recuerda Inés de Lourdes Ferrera, la directora municipal de cultura. “Desde aquí desarrolla una gran campaña con 18 acciones combativas del 20 al 30 de noviembre de 1958, por lo que estamos conmemorando el 58 aniversario de esa gran batalla”.

Un mes después de tomar Guisa, el Che Guevara libraba la batalla de Santa Clara y a finales de diciembre los revolucionarios tomaban Santiago de Cuba. El 1 de enero de 1959, Castro proclamó el triunfo de su Revolución y el resto es historia.

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