El Cañero

19 de diciembre de 2016

De Santa Claus y otras vainas

Rafael Torres
Un ahijado a quien no veía hace tiempo me vio en el supermercado y sin pedirme la bendición me dijo que quería que Santa Claus le dejara un celular de regalo.
Me dejó sorprendido el ahijado y apenas pude darle una sonrisa y una palmadita en un hombro.
Resulta que Santa Claus no va a mi casa, como tampoco va el pavo en Nochebuena, ni el vino tinto, ni otras tantas vainas que consumen Santa Claus y sus gentes.
A mi casa van los Reyes Magos el 6 de enero y en Nochebuena va un puerco asao y le acompañan pasteles en hoja, telera y pastelitos de harina más otras burundangas.
Y de beber Vino Caballo Blanco, Ponche Crema de Oro y Anís Confite. También me visitan en esa fecha Brugal y Presidente.
De manera tal que al ahijado sólo le salva la campana si Santa Claus por mano del carajo entra a mi casa por vez primera en mi puta vida.

No voy a confiar en que los Santos Reyes le dejen un fifi', un maño o un embeleco.

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