Por Miguel Rone
Boca de Yuma |
A raíz de la ocupación de la isla por tropas
Norteamericanas las cuales estaban ocupando la república fronteriza de Haití,
en el año 1916, hacen 100 años, ocupación que duro hasta el 1924 del siglo
pasado, se procedió al Desalojo de San Rafael del Yuma.
Esto fue el producto del desorden político nacional
que genero esta deplorable intervención, para cobrar una deuda de un banco
americano que compró la deuda dominicana a
la compañía Harmont, S. A., de origen británica, formándose la Santo
Domingo Improvement Company, que dio lugar a la invasión en mil novecientos
dieciséis, secuestrando las aduanas dominicanas.
Este fue un hecho oprobioso para la dignidad
de todos los dominicano, pues fue la causa que produjo efectos muy complejos
especialmente en toda la región del Este, algunos genuinos patriotas
revolucionarios se levantaron en acción bélica, a estos bien intencionados
ciudadanos, se le sumaron grandes cantidades de pseudos revolucionarios los que
no esperaban ser reclutado, ellos formaban filas en los improvisados ejércitos
sin ninguna preparación militar.
Yuma fue desafortunadamente visitado por un
gran contingente el día primero del mes de enero del 1918, así mismo se
desplegaron a incursionar todos los parajes de la sección, La Tropa estaba
comandada por Ramón Natera, quien después fue muerto por Chepito Muñoz, en el
Jagual, paraje del municipio de Ramón Santana de la provincia de San Pedro de
Macorís, Natera era nativo de Jagual, así también en distintas ocasiones
estuvieron las tropas de Félix Laureano. (Lilix chiquito) natural de
Guaniábano, sección del municipio de Higüey y un tal Muñiñinga, este era
oriundo de Hato Mayor de igual manera también tomaba parte Ramón Matías, La
pequeña población vivía en desasosiego, temores de perder sus pertenencias y hasta
la propia vida. (Según el Lic.
Humberto Espinal Guerrero).
Según Espinal
Guerrero; El día 4 del mes de marzo del año 1919 se produjo el
desembarco de los marinos norteamericanos por el puerto de Boca de Yuma
procedentes de San Pedro de Macorís en la Goleta “María Consuelo”, capitaneada
por el señor Catalino Vidal. La tropa estaba comandada por un capitán y dos
tenientes, situación que dio lugar a que se produjera el denominado
“Desalojo” conque fue ordenada por los
marinos norteamericanos, dizque como medida de protección a los ciudadanos
pacíficos, como ellos llamaban a los que
no consideraban gavilleros.
Según nos contara Doña Dominga Espinal -Minga-:
En el desalojo del día 4 de agosto del año 1918 consistió en que todos los
moradores de las pequeñas aldeas y campos que abandonaran sus casas y fuesen a vivir
a los pueblos mas cercanos y así surgió la migración hacia Higüey, El Seíbo, Hato
Mayor y campos aledaños hasta San Pedro de Macorís. Este estado de cosa dio
como consecuencia, que muchos de los apellidos que hoy se conocen en esta región
fuera por esta migración, como son los apellidos Perozo, Aristy, Rondón, Mota,
etc.
Los ciudadanos muy
apegados a sus intereses, rehusaron abandonar sus pertenencias y
decidieron jugar el todo por el todo; esta errada decisión ocasionó que cuando
no eran atacados por los marinos, era por los gavilleros, según Minga Espinal,
otras de las consecuencias que produjo esta ocupación fue la ligazón de razas,
pues muchas de las mujeres que se quedaron llegaron a tener hijos de los
soldados interventores, que nunca fueron reconocidos por sus padres.
Esto dio motivo para que comenzaran a vender
parte de sus terrenos que hoy se encuentran en manos extranjeras. Fue así como los bosques se convirtieron en
piezas de cañas de azúcar, pues se legalizó el sistema de área cañera,
consistente en que una pieza de caña de azúcar está situada con cuatro caras o
lados, se consideraba zona cañera el lado de la pieza que diera al bosque, no
llegando al mar por lo accidentado de las rocas; sembrándolos en tierras
agrícolas de Caño Prieto y el Naranjo en San Rafael del Yuma, formándose los
bateyes: “El Cuya, San Germán, Guajabo, Los Tocones, Maragua, Los Higos, Baigua,
Palo Bonito, donde están las oficinas principales del Central, Magdalena, Los
Estantes, Ramón Gordo Los Lirios, La Matilla, Jobo dulce, Gato, Los Bloques, La
Otra Banda, y los Yayales” que es donde está sembrada las Cañas de Don Oscar
Valdez.
Con el nacimiento de los Bateyes en años anteriores de la ocupación Norteamericana
en la región comenzaron los desmontes, tala y transporte de maderas y la
siembra de Cañas de Azúcar en el Valle de la Magdalena. Según Macho Cedeño en
su obra Rosa y Julia.
Luego cuando los marines iban a desocupar la
plaza, llamaron a los que estaban ausentes debido al desalojo, a reintegrarse. Esto
se efectuó siete meses después del desalojo. Después de haber sido levantada de
la plaza la guarnición militar norteamericana, fue destacada la guardia
nacional, al mando del sargento Ramón Fernández, bajo la supervisión del
segundo Teniente Rafael L. Trujillo Molina, que pertenecía a la primera
Compañía asignada a la provincia del Seíbo, así también el sargento Felipe
Ciprian, éstos pasaban varias semanas patrullando toda el área de la sección
yumera, en persecución de los Gavilleros.
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