Por César Román,
autor de Con un pie aquí y el otro allá
Recuerdo con nostalgia aquellos días
de mi niñez en medio de sana diversión y envuelto en las ocurrencias de un
vecindario muy pintoresco: “Los Pepines” Eran tiempos felices y nos divertíamos
con cualquier cosa; por ejemplo, a veces solamente necesitábamos algunas
piedras, un pedazo de tiza y una calzada para jugar a la peregrina. La piedra
podía ser sustituida por una bola de periódico que mojábamos para que se
quedara en un sitio.
Nos divertíamos en cantidad jugando“bellugas”
hasta que nos “arrachaban” hasta el bolón. Si no había “bellugas”, jugábamos a
las chatas, o si no, metíamos tapitas de refrescos en un ron. Estas tapitas
machacadas también podían servir para hacer un “fufú”. También recuerdo cuando
brincábamos la cuica y saltábamos más rápido cuando le daban “caribe”. Cuando
uno aprendía a meterse y a salirse, era como ¡ganar una medalla en las
olimpiadas! ¡Qué divertido era jugar al teléfono hecho con dos cajitas de
fósforos y el pedazo de cáñamo que sobró del “fufú”!
Me encantaba el juego del “palo
quema’o”. A veces nos intercambiábamos las camisas, ya que, si el que buscaba
cometía el error de confundir a alguien, voceábamos de voz en cuello: “Se quemó
el palo.”
Qué divertido era llenar el álbum de
laminitas o “coleccionar peloteros” que venían en paquetes de chicles, y
quedaban impregnados con ese olor, hasta que el deseo de ganar vencía el deseo
de conservarlos nuevos; y entonces jugábamos al palo más lejos, jugábamos desde
una pared o desde un banco. Siempre había que poner las reglas primero; como
por ejemplo: “Esquinita no se vale”; pero nunca faltaba un "tajalán"
que decía: “ Con un rebú ganamos to’” y se los llevaba todos.
Qué bueno era cuando jugábamos pelota
desde la pared “al que apara batea”, o en el solar de la escuela México. Si la
bola salía para la calle era “Trile”. También jugábamos en la 16 de Agosto,
pero si la bola caía en el jardín de mi madrina Cocó, se acababa el juego, pues
nadie se atrevía a ir a buscarla… (Fragmento de mi libro Conflé y Mangú) Foto:
Peter Alba Solano
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