Juez propone ley de redención o “delación premiada” para
acabar con la corrupción
Martín Adames - Visionrd
Santo Domingo.- El juez Modesto Martínez, de la Corte de
Apelación Niños, Niñas y Adolescentes, propuso este domingo la creación de una
ley de redención, conocida en otros países como
“delación premiada” o “colaboración premiada”, para acabar con la
cultura y estructuras delictivas.
De acuerdo a varias publicaciones hechas por el
magistrado este domingo, con dicha ley las personas involucradas en un ilícito
penal, podrán mostrar su sincero arrepentimiento y compromiso con retornar a
sus responsabilidades ciudadanas.
“Mediante la Ley
de Redención se crearía un mecanismo para regular el proceso de arrepentimiento
y de colaboración de las personas que hayan participado en la comisión de un
ilícito, estén siendo investigadas o no”, argumenta el veterano jurista.
Explicó a NDigital que ese tipo de ley ya están aprobadas
y en vigencia en países de la región, y puso como ejemplo a Brasil, país que se
valió de una legislación como esa para desmantelar el caso de corrupción e
investigación más grande de su historia, como lo es Lava Jato.
Indicó que en países con una cultura de corrupción
público y privada, llegar hasta las cabezas es difícil y solo son castigados
los de abajo, porque no hay garantías de beneficios o reducción de penas a
quienes colaboren para llegar hasta los peces grandes.
Puntualizó que una ley de redención podría poner fin a
las grandes estructuras delictivas, sobre todo a la administración pública.
A continuación las palabras integras del magistrado
Martínez:
“El combate y
persecución de la corrupción, en un país falto de institucionalidad, es una
tarea casi imposible, debido a la dimensión que esta ha alcanzado en todo el
tejido social, la cual llega a tal punto, que la mayoría de los ciudadanos
somos corresponsables por acción por omisión o por asociación; situación que la
convierte en una verdadera subcultura, en consecuencia, la acción dirigida a un
elemento suele ser entorpecida por todo aquel que pueda ser un perseguido
potencial, que como hemos señalado, somos la mayoría”.
“El nivel de
degradación es tal que solemos llamar “tonto” a quien, nombrado en una
institución del Estado, no saca provecho personal o familiar. La corrupción
administrativa requiere del diseño de una compleja estructura que funciona con
la participación de un gran segmento de la sociedad, en su mayoría, personas en
control, quienes ejecutan acciones que por sí solas no constituyen ilícitos
penales, pero que si son indispensables para su materialización”.
“Ante ese
cuadro, previo a implementar una efectiva y rigurosa plataforma investigativa y
punitiva, se debe dar apertura a un proceso de regresión que propicie el
retorno ciudadano a los valores éticos y morales sobre los que han de
sustentarse la base de una sociedad”.
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