El Cañero

8 de marzo de 2017

QUIEREME COMO SOY

Julia Angélica Maríñez
Madre Especial

De pronto, y sin saberlo, la vida nos tiene hermosas sorpresas disfrazadas en pequeños envoltorios llamados "Niños Especiales" y al salir yo premiada de un niño con Síndrome de Asperger (rasgo de autismo), empecé a observar cómo esta gracia empezó a hermosearse cuando lo quise como es y a partir de ahí comenzamos un maravilloso viaje con distintos matices hacia un incierto e interesante destino.
Al iniciar el camino, con su silencio me iba gritando: "Quiéreme como soy, quiéreme como soy" y fue sólo entonces cuando sus miradas bajas, su despojo de afecto, su desconocido mundo dentro del mío, hicieron gritar en mí: "Te acepto como eres".
Al aceptarlo empezaron a surgir milagros en él y en mí misma, conociendo nuestras profundidades y disfrutando en la callada danza de nuestra alma en los dulces pininos de cada nueva palabra, nuevos gestos, nuevos gustos, tristes lágrimas que tanto a él como a mí nos fueron purificando para ayudarnos a limpiar la ceguera inicial de una linda llegada hacia donde estamos hoy veinte años después del inicio de nuestro viaje.
Fui pesando cada lágrima y las cambié en alientos de sonrisas para mí misma, para él y para los demás padres que al igual que yo, no habían aquilatado tan importante premio que nos dio la vida.
Y mientras él sigue gritando que lo quiera como es, yo también gritaré: "quiéranlos como son", porque fuiste el padre elegido para con amor adentrarte en su interior y hacerlos conocer tu mundo y a que entiendan mejor el de los demás.
Muchos serán los paradigmas que habrá que romper cada padre hasta encontrar la sincronía perfecta para emprender este nuevo vuelo. A mí me dijeron que mi hijo ni siquiera se iba a poder alfabetizar y hoy día está en el cuarto cuatrimestre de la universidad, estudiando administración de empresas y en las recién pasadas navidades fue quien realizó la cena de nochebuena, pues es un excelente cocinero.
Les mentiría si les digo que ha sido fácil, no, no lo ha sido, pero cuántas satisfacciones, como mujer, como madre, como ser humano estoy teniendo todos los días por asumir con amor este gran reto que la vida ha bordado en nuestros caminos, por eso les decía que la meta es romper todos los estereotipos existentes, ser constantes, perseverantes y si todo esto lo haces con fe, paciencia y amor, el futuro de tu hijo no tendrá techo y será igual o mejor que cualquier otra persona y el cielo estará en la tierra cada vez que mires el brillo en sus ojos…

Bendiciones para todos.

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