La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, llegó este lunes al Senado para presentar personalmente su defensa en una de las últimas audiencias del juicio político en que puede ser despojada del cargo y que concluirá esta misma semana.
"Yo no cometí un ningún crímen No cometí ningún crimen de responsabilidad. No cometí los crímenes por los que se me acusa (...) Lo que está en juego aquí es el respeto a la voluntad del pueblo
Rousseff se presentó en el Senado arropada por algunos dirigentes de izquierdas, encabezados por su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva, y fue aclamada por unos 200 simpatizantes que se congregaron frente al Parlamento, bajo una estrecha vigilancia policial.
La exposición de Rousseff ante el pleno del Senado, constituido en tribunal y dirigido por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Ricardo Lewandowski, garante constitucional del proceso, será uno de los puntos culminantes del juicio político en el que, entre martes y miércoles, se decidirá si finalmente es destituida.
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