Por Lincoln López
Pintura de Alberto Bass sobre la toma de la Fortaleza San Luis en Santiago |
La Guerra de la Restauración es un periodo de la historia dominicana que
comenzó el 16 de agosto de 1863 con el Grito de Capotillo, y que finalizó en
1865 con la salida de las tropas españolas de nuestro suelo patrio. Los
historiadores han compilado las variadas causas que motivaron la misma, pero
que las reduzco a tres:
Una, la económica (el estado de miseria de la población, monopolización
del negocio del tabaco, los impuestos); dos, la discriminación racial
manifestada en el desprecio y en el maltrato que recibían los dominicanos por
parte de los españoles, prestar servicios voluntarios y gratuitos cuando el
ejército español llegara a usufructuar una finca o conuco, y, tres, el
sentimiento de lo criollo, es decir, se había ido cuajando en la conciencia del
criollo la identidad nacional, que como se sabe, ella se va tejiendo poco a
poco en un proceso cultural de años y en donde interviene el contexto local,
como el medio ambiente, las costumbres que van surgiendo y otras
desapareciendo, las guerras precedentes como la de Palo Hincado o la
Independencia Efímera donde va conformándose una idea…luego una ideología más
acabada como la que formuló Juan Pablo Duarte, y que tuvo su momento luminoso
con la proclamación de la independencia el 27 de febrero de 1844, y, también
contra esto, luchaban los españoles.
La comunión de esos y otros factores, hizo que la Guerra de la
Restauración se extendiera rápidamente por el Cibao, y para el 6 de septiembre
los restauradores habían llegado a Santiago y le daban fuego a la segunda
ciudad en importancia del país “en un hecho único en la historia de las guerras
de independencia latinoamericanas” como lo expresa Juan Bosch en su ensayo
sobre este acontecimiento histórico, publicado en 1982. A seguidas se pregunta
el destacado autor de Composición Social Dominicana: “¿Qué explicación puede
haber para semejante rapidez en la acción?”. Respondiendo inmediatamente: “Una
sola; que la guerra de la Restauración tuvo desde el primer momento el apoyo
resuelto de las grandes masas del pueblo dominicano porque en ella se reunieron
una guerra de liberación nacional y una guerra social”…, es decir, los
criollos, coincidieron en estos dos puntos citados, y por eso, desarrollaron
con éxito ese acontecimiento histórico.
El concepto de criollo ha ido evolucionando en el tiempo, aparece por
primera vez en el siglo XVI, en el testamento de Juan Castellanos con relación
al esclavo doméstico africano. En 1590 el padre Acosta lo utiliza para los
nacidos de españoles en las Indias, mientras Inca Garcilaso de la Vega lo usa
indistintamente para españoles y negros pero en sus Notas sobre la Cultura
Dominicana (1979) el notable escritor Carlos Esteban Deive nos dice que el
criollo o nacido en América, inició así un proceso de adaptación a la tierra y
al clima que lo obligaron a rechazar la cultura de sus mayores para crear otra
más acorde con su medio ambiente. Ese vivir diferente es el que da origen a la
cultura criolla, distinta por tanto a la de los europeos que siguieron llegando
al Nuevo Mundo. Esa cultura criolla fue un factor determinante para el triunfo
dominicano en la Guerra de la Restauración. En otra entrega trataré la
incidencia de otras culturas en el criollo dominicano.
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