Pedro Sánchez durante un acto en Cádiz. |
Por Carlos Dávila
Cádiz, España.- En el aparato del PSOE hay auténtico pavor a que él gane
las primarias, una posibilidad que ya nadie discute. Así que la máquina del
fango se ha puesto en marcha para evitarlo.
Tras una semana convulsa en que la fingida épica ha sustituido a la razón
política la situación en los partidos puede resumirse así tirando de menor a
mayor:
Podemos: a los jefes, o sea a Iglesias, la polémica sobre los ataques a
periodistas le trae absolutamente al pairo, pero han tomado iniciativas como
pedir a sus funcionarios de Comunicación que sean “más afables” con los
colegas, e influir, esto es lo importante, sobre sus medios de cabecera para
que estos tiren de hemeroteca y difundan las salidas de tono de políticos de
toda condición; hasta Suárez y Aznar llegan en esta interesada búsqueda.
Ciudadanos: cada vez es más visible el enojo que causa el hiperliderazgo
prepotente de Rivera. Los choques sobre este punto ya no se pueden ocultar. Un
promotor del partido confiesa a este cronista que “no puede ser que cada vez
que él habla crea que se para el mundo; es verdad que el hombre no da para
tanto”. Además, las decisiones del líder se discuten según el citado “como si
ya fueran humanas”. La más polémica es ésta de darse el pico con Podemos en
cuestiones tales como la crisis de Murcia o el aforamiento de los políticos.
Partido Socialista: auténtico pavor a que Pedro Sánchez pueda ganar en las
primarias, una posibilidad que ya nadie discute. La gestora, con un Fernández
que está harto de las conspiraciones de Madrid, ha insistido día tras día a
Susana Díaz, por fin con éxito, para que anunciara su candidatura, mientras
constata que no lo ha tenido tanto en su presión sobre Patxi López para que se
retire y ofrezca su apoyo a la faraona del Sur.
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