No es secreto para nadie que la división de teléfonos
móviles de Nokia ha navegado por muchas aguas turbulentas desde que se despidió
del mercado el pasado 23 de octubre de 2014, cuando la firma Microsoft anunció
que acabaría con la marca.
Cabe recordar que de los 20 celulares más vendidos de la
historia, 13 de estos cuentan con el nombre de esta prestigiosa firma
finlandesa, cuyo pedazo del mercado de teléfonos era aproximadamente del 50 por
ciento en el año 2007, cuando Steve Jobs presentó por primera vez el legendario
y pionero iPhone.
El Nokia 3310 vendió algo así como unas 126 millones de
unidades y fue lanzado por allá en el año 2000. Vendió un tanto menos que su
antecesor, el recordad modelo 3210, cuya asombrosa marca fue de unos 160
millones de unidades vendidas.
En tan solo unos seis años, la posición dominante de
Nokia se vio reducida literalmente a escombros. Ya para el año 2013, su
participación en el mercado de teléfonos móviles era inferior a un asombroso 5
por ciento. Posteriormente la Nokia fue vendida a Microsoft en septiembre de
2013.
La empresa de Bill Gates pagó unos 7.175 millones de
dólares. La relación de esta gran empresa lucía bastante promisoria. El gigante
de Silicón Valley con la experiencia de una compañía totalmente experta en la
fabricación de celulares, se haría con todas sus patentes y entre ambos
llevarían el nombre tanto de Nokia como del sistema operativo para móviles
Windows Phone directamente al olimpo del naciente mercado de los Smartphone.
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