Colaboración: Cesar R. Portes, Grupo
de Asociación Generaciones Veganas (Veganos para Siempre) Inc.
Fuente: Periódico
Hoy
¿A quién carajo le
importará el centenario del nacimiento de un luchador democrático,
anti-trujillista, valiente, periodista de pulido lenguaje, con pleno dominio de
las nuevas técnicas de un periodismo en constante proceso de desarrollo a nivel
mundial y nacional, y por demás un hombre adentrando en el campo del
pensamiento político liberal?
Los valores de la
sociedad de hoy, en términos políticos y sociales, son distintos y distantes a
los de Julio César Martínez Sobá, quien vivió y murió pobre, anclado en el
pendejismo de la honradez, en el romanticismo de un estado de derechos y en la
falsa creencia de que el país, a partir de la caída de Rafael Leónidas
Trujillo, enrumbaría su proa en dirección a un desarrollo nacional con equidad
en la distribución de las riquezas y excelentes servicios públicos para los
ciudadanos y ciudadanas de a pie. Pero su sueño ha sido el olvido.
Natural de La Vega,
de padres puertorriqueños, radicados en la Ciudad Olímpica, se inició como
aprendiz tipográfico en la imprenta El Provincial, convirtiéndose con los años
en un periodista indoblegable, enjundioso y trabajador, que el próximo 14 de
noviembre de 1915 cumplirá 100 años de haber nacido.
Anti-trujillista de
oficio y de vocación libertaria, Martínez siempre fue un hombre consciente de
que en la vida son muchas las batallas perdidas, pocas las ganadas y un tanto
las empatadas.
Pero en este
centenario nadie, absolutamente nadie: el Colegio Dominicano de Periodistas, ni
el Sindicato de Trabajadores de la Prensa, tampoco la Sociedad Dominicana de
Diarios, el Archivo General de la Nación, la Academia Dominicana de Historia y
menos los articulistas que tuvieron en la revista Renovación un valiente medio
de expresión, no han dedicado una jornada de recordación (seminario, mesa redonda
o simplemente conversatorio con amigos y familiares) al luchador y mejor
periodista que fue Julio César Martínez Sobá. ¡Sin embargo, estamos a tiempo
para hacer un evento para exaltar sus grandes cualidades y rendirle tributo!
La toma de
conciencia lo empuja más allá del ejercicio del periodismo informativo y en el
año 1945 se dedica a apoyar, con la publicación de propagandas subversivas, al
movimiento clandestino en su lucha contra la dictadura de Trujillo.
Julio César logra
evadir esta persecución asilándose en la embajada de México, donde resistió
supuestas ventajosas ofertas del tirano Trujillo a cambio de que abandonara la
delegación diplomática, y pudo salir del país hacia México, vía Haití-Cuba,
donde se quedó a residir. Nunca llegó al país de los aztecas. En la tierra de
Martí publicó el folleto titulado ¿Cómo burlamos la Gestapo de Trujillo?
En La Habana, Julio
César hizo periodismo, funda en compañía de otros exiliados dominicanos la
Organización Independiente Popular Dominicana y se entrena militarmente para la
expedición de Cayo Confites.
Posterior a esta
patriótica epopeya, publica el periódico Liberación, de circulación clandestina
y más tarde edita junto a Carlos Franqui el periódico El Aldabonazo, aprobado
desde el exilio en México por Fidel Castro y por sugerencia de Franqui y
Martínez, al joven líder cubano, el periódico cambió de nombre y pasó a
llamarse Revolución y con el triunfo del Movimiento 26 de Enero la revolución
pasó a llamarse Gramma, órgano oficial vigente del gobierno cubano.
Con el triunfo de
la revolución cubana, regresa a Cuba y hermanado de nuevo a Franqui comienza a
colaborar en el periódico Revolución; sin embargo en febrero de 1959 regresa de
nuevo a Caracas donde es nombrado jefe de redacción de la revista Elite hasta 1961,
cuando fue ajusticiado Trujillo, dieciocho años después de haber salido
exiliado rumbo a México.
Las páginas de la
Revista Renovación estuvieron disponibles para todos aquellos políticos y
pensadores proscritos y perseguidos en la dictadura de los doce años de
Balaguer, al tiempo que puso sus servicios de mediador y orientador en los
conflictos nacionales, procurando siempre un justo ejercicio de la democracia y
la preservación de los derechos de cada ciudadano.
Murió el marzo de
1976 y a 100 años de haber nacido, la sociedad dominicana, especialmente la
clase periodística y política, ha dejado que la memoria del luchador y el
periodista que coexistieron en ese gran batallador de la palabra escrita, que
fue Julio César Martínez, naufrague en el olvido y sea prácticamente un
desconocido por las nuevas generaciones de comunicadores sociales y de todos
los sectores pensantes de la sociedad dominicana.
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