16 de junio de 2020

Contaminación Electromagnética y COVID-19


Por  Prof. Jorge Reyes
Antena electromagnética ubicada en una ciudad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) de las Naciones Unidas, denomina al "smog electromagnético" a una nueva patología de origen ambiental, como una de las más comunes y de más rápido crecimiento de patologías del medio ambiente "toma muy en serio" las preocupaciones acerca de los efectos en la salud tanto la OMS como la APS (Agencia de Protección de la Salud) [HPS, por sus siglas en inglés] confirman la existencia de esta patología en los nuevos entornos de oficinas, altamente tecnificados.
Desde 1933 hasta la actualidad, los virólogos no pueden presentar ningún estudio experimental que demuestre que la gripe se propaga a través del contacto normal entre las personas.
En 1746, los primeros descubrimientos relacionados con la electricidad se hicieron en Europa. El experimento de Leyden consistió en resaltar el fluido eléctrico gracias al roce de la mano sobre un globo de cristal en rotación rápida. La electricidad estática producida causó una gran impresión en las escuelas, ferias y hogares privados que tenían los medios financieros para adquirir este dispositivo.
El fenómeno de la moda era tal que estaba mal visto que esta electricidad pudiera ser peligrosa, incluso que las electrocuciones producían dolores de cabeza, hemorragias nasales, fatiga en ciertos experimentadores, así como en los animales utilizados en las pruebas. A pesar de todo, los establecimientos médicos se equiparon con la 'botella de Leyden' (antepasado del condensador) para experimentos médicos para abortos u otras aplicaciones.
Así nació un nuevo campo de conocimiento sobre los efectos biológicos de la electricidad en las personas, las plantas, los animales, un conocimiento que era mucho mayor que el de nuestros médicos contemporáneos que ven pacientes que sufren los efectos de la electricidad sin siquiera reconocerlos, y que en su mayor parte ignoran hasta la existencia de este conocimiento.
Al observar los efectos negativos más frecuentes (raramente positivos) de la aplicación de voltajes eléctricos a los organismos vivos, los investigadores y los médicos han concluido que los organismos vivos funcionan en conjunto con la electricidad. Se obtuvieron ciertas curas utilizando electricidad, como en 1851, el neurólogo Duchenne que trató la sordera de unas pocas docenas de pacientes mediante pulsos eléctricos aplicados localmente.
Otras pruebas de la estimulación de los sistemas nervioso, cardíaco, cardiovascular, gustativo, de sudoración y otros, por la electricidad producida en parejas galvánicas fueron probadas, en particular por Volta en Italia, entre otros investigadores en Occidente. Se descubrió que el número de efectos curativos era significativamente menor que los efectos nocivos que podemos leer en la lista y que incluyen los síntomas de la electro sensibilidad, (ES) conocidos hoy en día, como dolor de cabeza, mareos, náuseas, confusión mental, fatiga, depresión, insomnio, etc.
El botánico francés Thomas-François Dalibard, que realizó experimentos eléctricos con los vivos, le confía a Benjamín franklin en una carta fechada en 1762 que ya no podía seguir adelante debido a la intolerancia eléctrica de su organismo, este botánico debe haber sido muy afectado, por lo que lo que es considerado como uno de los primeros electro-hipersensibles (EHS) formalmente declarado. Otros profesores e investigadores tuvieron la misma experiencia detenido así sus trabajos. Incluso el famoso benjamín Franklin sufrió una enfermedad neurológica crónica durante su investigación sobre la electricidad en 1753, los síntomas sugieren en gran medida que fueron causadas por el electro-hipersensibilidad.

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