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12 de junio de 2020

Frente a la pandemia... resiliencia: la fuerza del grupo


En una catástrofe, como la crisis del coronavirus,  siempre hay gente que es capaz de salir adelante y continuar su vida. Se trata de las personas resilientes, esas que se doblan como un junco, pero logran mantenerse en pie. Hablamos con varios expertos sobre la resiliencia. Y nos traen una buena noticia: es una habilidad que se puede entrenar. Nos cuentan cómo. 
Por Carlos Manuel Sánchez / Ilustración: Javier Jaén - xlsemanal
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El ser humano es un encajador nato. Uno de esos boxeadores que se levantan una y otra vez de la lona. Sobreponerse a la adversidad es una habilidad que se valora en todas las culturas. Sobreviven los resilientes: los que aguantan lo que no está escrito. ¿Pero qué sucede cuando, de manera intempestiva y simultánea, es toda una civilización la que se ve amenazada?
La pandemia nos ha colocado ante un dilema colectivo y, para muchos, angustioso. ¿Cabe la posibilidad de que estemos viviendo el acontecimiento decisivo de nuestras vidas? ¿O solo es un mal sueño? ¿Estamos viendo el gozne sobre el que puede girar el siglo XXI y poner nuestras sociedades del revés? ¿O solo es un paréntesis? Cuando nos asaltan estos pensamientos, echamos mano de todos los recursos que tenemos para no venirnos abajo. En definitiva, nos encomendamos a la resiliencia. Mientras llega el antídoto -es decir, una vacuna-, la resiliencia es una especie de conjuro que nos infunde ánimos. El contrapeso positivo a la palabra del momento: coronavirus. Dos conceptos que eran desconocidos para la mayoría hace solo un par de meses. Y que hoy son la cara y cruz de la moneda que puede decidir cómo serán nuestras vidas a partir de ahora.
¿Por qué unos superan cualquier contratiempo y otros no? El interés de los científicos por la resiliencia es relativamente reciente. Apenas llevan setenta años estudiándola. No es casualidad que fuera otro acontecimiento traumático de magnitud universal el que despertó la atención de los investigadores. La Segunda Guerra Mundial.
El secreto de los resilientes
A partir de septiembre de 1945, un aluvión de pacientes con estrés postraumático desbordó los pabellones psiquiátricos: soldados y civiles, huérfanos, refugiados, heridos… Pero fue un tipo de superviviente muy especial el que hizo avanzar los estudios sobre resiliencia: los niños. Ann Masten, profesora de desarrollo infantil de la Universidad de Minnesota, describe cómo los psicólogos de la época se llevaron una sorpresa colosal: «Muchos niños que lo habían tenido todo en contra superaban el trauma de haber perdido a sus familias y haberse criado en un ambiente dominado por el miedo, y les iba bien en sus vidas como adultos».
¿Cómo era esto posible? La respuesta la encontró la psicóloga Emmy Werner, de la Universidad de California, Berkeley, que comenzó en 1955 un estudio pionero sobre resiliencia que tardaría cuarenta años en completar. Hizo un seguimiento de unos 700 niños de una isla de Hawái, muchos con padres alcohólicos y de familias con dificultades económicas. Normalmente, esto provoca un retraso educativo, marginación social y carencias de todo tipo. Sucede así casi en el 70 por ciento de los casos. Pero un 30 por ciento de estos niños vulnerables tienen éxito en sus vidas. ¿Por qué son resilientes? Werner encontró un rasgo común: pertenecían a comunidades muy cohesionadas, donde otros adultos asumían el papel de mentores. Toda la comunidad asumía el rol de padre, de madre, de hermano, de hermana… Era el colectivo el que le daba confianza a estos niños para creer en su propio talento y atreverse a resolver sus problemas.
«Muy pocas personas altamente resilientes lo son por ellas mismas. Necesitan ayuda», corrobora Steven Southwick, profesor de la Universidad de Yale. La soledad nos debilita. Esto se percibe incluso en los experimentos en laboratorio. Ante una situación de estrés, las pulsaciones y la presión sanguínea de los individuos que tienen a un amigo en la habitación no se disparan tanto como las de los que las afrontan solos. El miedo es una emoción que acompaña al ser humano desde tiempos remotos, cuando era una presa fácil para grandes animales y otros seres humanos. Entonces buscábamos el amparo de la tribu, hoy tener una red social que nos proteja

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