El Cañero

10 de junio de 2020

Denuncian que el Estado descuida la salud sexual de mujeres empobrecidas

Riamny Méndez Féliz  | El Caribe
Las Farmacias del Pueblo constituyen una opción para quienes cuentan con menos recursos.
En un 30 por ciento de las farmacias de PROMESE no se venden anticonceptivos. Además, ha habido desabastecimiento de la píldora y la inyección
La salud sexual y reproductiva de las mujeres, especialmente de las más empobrecidas, no ha sido priorizada por el Gobierno durante la pandemia causada por el nuevo coronavirus, de acuerdo con la apreciación de lideresas comunitarias y del movimiento de mujeres.
Ellas citan como muestra de este abandono las dificultades para acceder a anticonceptivos en comunidades rurales empobrecidas y en barrios marginados, debido, en parte, a la escasez de estos productos en muchas de las farmacias del Programa de Medicamentos Esenciales Central de Apoyo Logístico (PROMESE/CAL), una opción para quienes no tienen dinero suficiente para comprar en establecimientos comerciales privados.
Lidia Ferrer Paredes, de Católicas por el Derecho a Decidir, y quien forma parte de una red que trabaja en comunidades rurales, incluyendo 17 de la provincia de Elías Piña, cuenta que en la farmacia de PROMESE de Comendador, su municipio cabecera, varias mujeres no pudieron adquirir la píldora durante la pandemia, de acuerdo con promotoras de la zona.
Pero incluso si hubiera anticonceptivos en la farmacia pública de Comendador, el acceso a estos productos sería difícil para mujeres de comunidades rurales, debido a las limitaciones para desplazarse hasta el municipio por las restricciones impuestas al transporte de pasajeros con el fin de frenar el avance del virus y las dificultades para pagar pasajes por la crisis económica que ya empieza a golpear a las regiones más empobrecidas.
 “Muchas comunidades de Elías Piña están lejos del municipio cabecera y regularmente ese servicio (de salud sexual) es deficiente, y son pocas las comunidades que puedan decir que hay boticas populares”, explicó Ferrer.
Anadiz Hernández, oriunda de la comunidad de Básima y quien trabaja en Villa Altagracia para una red de veedores de servicios de salud en la que participa el Movimiento de Mujeres Dominico Haitianas (MUDHA) explica que durante el confinamiento recibió reporte de jóvenes que intentaron adquirir anticonceptivos tanto en farmacias de PROMESE como en Unidades de Atención Primaria (UNAP) y fueron informados de que no había disponibilidad.
Hernández puntualiza, que, a diferencia de otras comunidades, en Básima estos productos forman parte de la oferta de PROMESE. Sin embargo, contrario a lo que ocurre con otros medicamentos, los anticonceptivos suelen ser un bien escaso.
 “Llegan hoy a la farmacia y a la UNAP y a la semana siguiente ya no hay métodos anticonceptivos y duran varios meses sin traer. Entonces los que no tenemos dinero para comprar en otro lugar, el día que se nos vence o que se nos acaba…ahí empiezan los problemas de los embarazos no deseados y a destiempo”, dice la líder comunitaria.
La escasez no se limita a comunidades rurales apartadas de Santo Domingo. No hay pastillas ni inyecciones anticonceptivas en la farmacia de PROMESE de la comunidad de La Victoria, ni en la que se encuentra ubicada en la calle Juan Erazo, de Villa Juana, en pleno Distrito Nacional, lo que fue confirmado vía telefónica en esos centros.

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