Riamny Méndez
Féliz | El Caribe
Las Farmacias
del Pueblo constituyen una opción para quienes cuentan con menos recursos.
En un 30 por
ciento de las farmacias de PROMESE no se venden anticonceptivos. Además, ha
habido desabastecimiento de la píldora y la inyección
La salud sexual
y reproductiva de las mujeres, especialmente de las más empobrecidas, no ha
sido priorizada por el Gobierno durante la pandemia causada por el nuevo
coronavirus, de acuerdo con la apreciación de lideresas comunitarias y del
movimiento de mujeres.
Ellas citan como
muestra de este abandono las dificultades para acceder a anticonceptivos en
comunidades rurales empobrecidas y en barrios marginados, debido, en parte, a
la escasez de estos productos en muchas de las farmacias del Programa de
Medicamentos Esenciales Central de Apoyo Logístico (PROMESE/CAL), una opción
para quienes no tienen dinero suficiente para comprar en establecimientos
comerciales privados.
Lidia Ferrer
Paredes, de Católicas por el Derecho a Decidir, y quien forma parte de una red
que trabaja en comunidades rurales, incluyendo 17 de la provincia de Elías
Piña, cuenta que en la farmacia de PROMESE de Comendador, su municipio
cabecera, varias mujeres no pudieron adquirir la píldora durante la pandemia,
de acuerdo con promotoras de la zona.
Pero incluso si
hubiera anticonceptivos en la farmacia pública de Comendador, el acceso a estos
productos sería difícil para mujeres de comunidades rurales, debido a las
limitaciones para desplazarse hasta el municipio por las restricciones
impuestas al transporte de pasajeros con el fin de frenar el avance del virus y
las dificultades para pagar pasajes por la crisis económica que ya empieza a
golpear a las regiones más empobrecidas.
“Muchas comunidades de Elías Piña están lejos
del municipio cabecera y regularmente ese servicio (de salud sexual) es
deficiente, y son pocas las comunidades que puedan decir que hay boticas
populares”, explicó Ferrer.
Anadiz
Hernández, oriunda de la comunidad de Básima y quien trabaja en Villa
Altagracia para una red de veedores de servicios de salud en la que participa
el Movimiento de Mujeres Dominico Haitianas (MUDHA) explica que durante el
confinamiento recibió reporte de jóvenes que intentaron adquirir
anticonceptivos tanto en farmacias de PROMESE como en Unidades de Atención Primaria
(UNAP) y fueron informados de que no había disponibilidad.
Hernández
puntualiza, que, a diferencia de otras comunidades, en Básima estos productos
forman parte de la oferta de PROMESE. Sin embargo, contrario a lo que ocurre
con otros medicamentos, los anticonceptivos suelen ser un bien escaso.
“Llegan hoy a la farmacia y a la UNAP y a la
semana siguiente ya no hay métodos anticonceptivos y duran varios meses sin
traer. Entonces los que no tenemos dinero para comprar en otro lugar, el día
que se nos vence o que se nos acaba…ahí empiezan los problemas de los embarazos
no deseados y a destiempo”, dice la líder comunitaria.
La escasez no se limita a comunidades rurales apartadas de Santo
Domingo. No hay pastillas ni inyecciones anticonceptivas en la farmacia de
PROMESE de la comunidad de La Victoria, ni en la que se encuentra ubicada en la
calle Juan Erazo, de Villa Juana, en pleno Distrito Nacional, lo que fue
confirmado vía telefónica en esos centros.
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