RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
La primera recomendación
es evadir a los lobos vestidos de
ovejas. Con frecuencia los ciudadanos nos quejamos del comportamiento de los
legisladores: unos son mañosos, otros son
irresponsables y otros adolecen de la formación que les ayude a ser productivos. El 5 de julio tenemos
oportunidad para escoger.
En lo que a mí respecta, tengo la decisión de elegir a la
maestra Diana Contreras. Por su recia
constitución moral, porque reúne la preparación profesional y la experiencia de
trabajo que les permiten un desempeño adecuado como legisladora. Esta mujer no
va al Congreso a buscar dinero ni a la práctica de truchimanerìas.
Se gana la vida como profesora universitaria. En la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, institución donde ha servido por más
tiempo, ha ocupado en dos períodos la
dirección de la Escuela de Idiomas, en la Facultad de Humanidades. Dos veces ha
sido elegida vicerrectora de Extensión de la academia estatal.
En las aulas, en las funciones ejecutivas como en intervenciones en los medios de comunicación, doña Diana se
ha caracterizado por su apego a la transmisión de valores dirigidos a promover el bien común, la solidaridad y el
desarrollo del ser humano como ente social.
Eso se propone continuar desde la posición de diputada.
La candidatura de Diana Contreras aparece en las casillas de cuatro partidos y
por ella se vota marcando el recuadro número cuatro. Las organizaciones que la
sustentan son: PRM (Partido Revolucionario Moderno), PRSD (Revolucionario Social
Demócrata), APD (Alianza por la Democracia) y DxC (Dominicanos por el Cambio).
En la circunscripción uno
del Distrito Nacional serán elegidos seis
diputados o diputadas. Y por tanto, cada partido o bloque lleva seis
candidatos. Diana compite con otros cinco de la coalición que la propone
más los de otras organizaciones. Solo
seis serán elegidos y ninguna fuerza política ganará todos los escaños. Vale
apuntar bien.
En la boleta del PRM y aliados Diana Contreras es la persona de mayor madurez y educación. La fogosidad juvenil y la mesura de la adultez forman una
fina mixtura que en el ejercicio de funciones públicas resulta provechosa. Escoger bien su representante en es un paso
para adecentar la Cámara de Diputados.
Escojamos a Diana.
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