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15 de marzo de 2017

¡YA BASTA DE CUENTOS! POLÍTICOS Y MITOMANÍA

 Por César Román, autor de El camino hacia ti mismo.
“El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras parezcan verdades y los crímenes respetables” George Orwell
Mitómano es el término que se usa en psiquiatría para referirse a los mentirosos compulsivos y habituales, aquellos que cuentan historias muy maquinadas y formuladas con colaboración del inconsciente. Por lo visto, la política parece ser un campo muy atrayente para los mitómanos y éstos suelen incrementar su práctica una vez están atrapados en la primera farsa, y es cuando se vuelven cada vez más ágiles en el uso de subterfugios para encubrir sus artimañas.
La mitomanía es una perturbación de la personalidad y pretende presentar al mentiroso en términos favorables; la mentira busca presentar al farsante como inteligente, astuto, sabio, honesto, valiente; etc. El mitómano va a defender su versión hasta que no le quede escapatoria. Está claro que el mentiroso compulsivo va a ir perdiendo credibilidad entre sus seguidores, pues las personas llegan a cansarse de sus invenciones; sobre todo, cuando éstas los perjudican, ya que las mentiras pueden llegar a tener consecuencias fatales y legales, como en los casos de los fraudes.
. Los mitómanos, con el tiempo, se llegan a creer sus mentiras y éstas tienden a aumentar en períodos de ansiedad. Es cuando recurren a los juegos semánticos y a las verdades a medias. Es cuando empiezan a hacer revelaciones ambivalentes y a ocultar datos o alterarlos. Creen, como Joseph Goebbels, que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad.
Los embusteros suelen tener baja autoestima, suelen ser traidores y desleales y se muestran sin rubor ante las falsedades. Los constantes fingimientos los llevan a una pérdida del sentido de la realidad y usan la disociación como mecanismo de defensa y de adaptación. A través de este proceso de disociación se eliminan los elementos disruptivos del yo insensibilizando las emociones y cayendo en las incongruencias.
Si hasta un niño pequeño puede elaborar una mentira para protegerse, ¿qué no harán estos prestidigitadores astutos versados en el arte del discurso vació y ambivalente con tal de encubrirse y seguir disfrutando de las mieles del poder y usufructuando los recursos del Estado?
La suerte que el pueblo ya está despertando y está cansado de engaños y corruptela. Ahora quiere hechos, salud, vivienda, educación y servicios públicos como un derecho, no como un privilegio. El contribuyente ya sabe que estos piratas modernos reparten migajas, mientras ellos se quedan con el botín, lo despilfarran en fiestas de champán y se burlan en la cara de todos con sus engaños y mamotretos.

A todos estos pinochos de la política hay que decirles ¡ YA BASTA DE CUENTOS! 

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