Voces y ecos
RAFAEL
PERALTA ROMERO
Edwin
Paniagua es un profesor universitario residente en Santiago de los Caballeros.
Ha escrito un interesante artículo titulado Antes y después en la lucha contra
la corrupción, al cual se le da cabida en este espacio, en atención a lo que
expresa el nombre de nuestra columna. He
aquí sus palabras:
El mundo parece haber girado hacia una
postura anticorrupción. En la Madre Patria, Cristina Cifuentes, presidente de
la Comunidad de Madrid, tuvo que dimitir de su cargo por el hurto de dos cremas
para la piel y la obtención dudosa de un título de maestría. Francisco Correa y
Luis Bárcenas (Partido Popular) condenados por corrupción. Esto provocó que
Mariano Rajoy dimitiera como presidente del país y del PP. Iñaki Undargarin
(cuñado del rey Felipe VI) condenado, junto a su socio Diego Torres, por el
manejo personal de los fondos de la fundación Nóos.
En Brasil: el hecho más relevante es el de la
condena de Lula da Silva (ya han tenido que testificar Dilma Roussef y Michel
Temer). En Perú, tuvo que dimitir el presidente Kuczysnki. Otros dos
expresidentes están siendo procesados o guardan prisión. En Colombia, la Fiscalía investiga si hubo un
aporte, tanto al actual presidente Juan Manuel Santos, como a su adversario
Óscar Iván Zuluaga. En Panamá, prisión para el expresidente Martinelli. El
expresidente Torrijos y el actual mandatario Valera, también son investigados.
En Guatemala, Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti (presos), y hasta Álvaro Colom
(investigado). En Ecuador, también se investiga.
En la República Dominicana, ningún
expresidente ha sido investigado por el caso Odebrecht (ni guardan prisión los
ejecutivos de la empresa). Y, aunque parezca un chiste, fue el presidente
actual quien creó una comisión para investigar el mayor de los casos: Punta
Catalina. Uno de los notables que
investigó, terminó siendo el director (¿tiene su “lado oscuro”?). El procurador
anuncia “el antes y el después” de la lucha contra la corrupción. Y así será:
“antes” los políticos temían un proceso judicial; “después” de este proceso, no
tendrán ese temor.
Se encarta a un exlegislador que recibió dos
millones de pesos de Ángel Rondón y se exonera a otro (ministro), que recibió
diez. ¿Y los testaferros pa cuándo?
La mayoría de los expedientes se fundamentan en que los funcionarios no pueden
demostrar la adquisición de su riqueza, no en el soborno (¡Ay,si investigaran
al Comité Político): se acusa por una falta y se presentan pruebas de otra.
Como posdata, el Departamento de Estado acaba de suspender el visado a Félix
Bautista y su núcleo familiar, por corrupción en Haití. Lo cual no se pudo
hacer aquí. Ni antes ni después.
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