Hoy
se conmemora el Día del Trabajo. En nuestro país se lo hace con marchas,
arengas y discursos, igual que en otros países del mundo. La historia de la
fecha nos lleva a Chicago en 1886.
Una
huelga por las ocho horas laborables provocó represión y muertes. En 1889, la
II Internacional en París la eligió para conmemorar el día el Trabajo como
homenaje a los caídos y como símbolo de las reivindicaciones sociales y
laborales.
Curiosamente,
en Estados Unidos este día no es feriado. El Primero de Mayo ha sido convertido
en símbolo, en buena parte del mundo, por los partidos socialistas, comunistas
y los sindicatos.
En
el Ecuador, la influencia de las corrientes progresistas, en la primera parte
del siglo XX, marcó las conmemoraciones. Nuestro país no tiene una clase
proletaria y obrera grande, masiva. La mayoría de la Población Económicamente
Activa trabaja de forma individual y no expresa afiliación sindical.
Los
sindicatos que luchan por las reivindicaciones han ido perdiendo fuerza; su
expresión es política, su razón de ser es demandar derechos y conquistas.
La
última década ha sido de tensiones entre el Régimen y sindicatos. Los grupos
sociales y sindicales, así como la mayoría de la izquierda organizada, se
retiraron de cualquier apoyo político.
De
su lado, el Gobierno formó sus propios sindicatos y dividió a los pocos
trabajadores sindicalizados existentes. Las marchas de hoy mostrarán una vez
más esa grieta.
Este
Editorial ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO de Ecuador
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