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6 de mayo de 2017

85.000 empleos directos y 52.000 indirectos dependen de la inversión en carreteras

Madrid.- Los profesionales del transporte, académicos y técnicos de la pavimentación y seguridad vial que participaron este jueves en la IX Jornada Nacional de ASEFMA coincidieron en apuntar que “las Administraciones de carreteras deben hacer un esfuerzo superior en materia de conservación de carreteras” porque “del estado del pavimento nos beneficiamos todos: no sólo afecta a profesionales del transporte y usuarios de carreteras, sino a la totalidad del país”.
Un pavimento en buen estado, con una buena regularidad superficial, disminuye el consumo de combustible de un vehículo ligero en un porcentaje de 12-18%. Reducir un 10% del consumo de combustible en España supone un ahorro, sólo por este concepto, superior a los 1.000 millones de euros cada año.
Además, un pavimento en mal estado provoca que los vehículos que por él circulan aumenten hasta un 34% las emisiones de gases de efecto invernadero. Genera mayor tráfico y problemas circulatorios y puede disminuir la vida útil de los vehículos hasta un 25%, acelerando el envejecimiento del parque automovilístico español.
Por otro lado, una política de mejora de la regularidad superficial de las carreteras logra disminuir los gastos de conservación, incrementa la durabilidad de los pavimentos y disminuye significativamente el consumo de combustible. Así quedó patente durante la intervención del doctor Jorge Prozzi quién explicó las medidas que, en esta línea, están siendo aplicadas por la Administración de carreteras de Texas (Estados Unidos).
En la sesión coordinada por Pere Macías, presidente de la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad, se destacó la necesidad de impulsar la Ley de transparencia, en materia de carreteras, para poder implementar medidas similares a las de Texas en España. Sobre la mesa quedaron evidencias tales como que un firme deteriorado obstaculiza la cohesión del territorio, limita el acceso a bienes y servicios básicos e incide negativamente en la economía en la medida en que incrementa los costes para los usuarios y empresas. De la inversión en carreteras dependen 85.000 empleos directos, 52.000 indirectos, y el 0,4% del PIB de España.

A su turno de palabra, el periodista Fernando Ónega estableció un decálogo aplicado a la conservación de carreteras y señaló, entre otras cosas, que “el estado de las carreteras afecta al estado de ánimo de los ciudadanos” y “mientras los ciudadanos no perciban una mejora sustancial no será creíble que estamos saliendo de la crisis”.

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