Miguel Rone
En esta romántica ciudad de Santiago, al
final de la calle José Trujillo Valdez (hoy Restauración) nos encontramos con
la hoya del rio Yaque del Norte, donde sus cristalina aguas saltan los fuertes
bloques de concreto de un metro cubico de diámetro, como si fueran dados
gigantes, cientos de ellos colocados de lado a lado del rio, creando la
chorrera que represa el rio.
El fin es llevar suficiente agua al
canal de regadío Presidente Trujillo, (El Consejo de Estado dictó la Ley Número
5825 de 1962, que derogó la Ley No.385 de fecha 7 de diciembre de 1940, para
que se llamara, Monsieur Bogaert), este canal que irriga los predios agrícolas
de la Herradura y La Canela, Hato del Yaque Arriba, y haciendo su paso por el
Flumen, que se construyó por órdenes de Trujillo, en el 1938, siendo este, el
puente-canal más grande que se haya construido en el país.
Sus aguas al pasar por encima de estos
bloques que le tratan de detener, dan un canto sonoro que sirve de arrullo al
barrio de “La Joya”, el rio Yaque del Norte que ha pasado mansamente por siglos
y siglos en este cauce y ha hecho su recorrido día tras día bordeando la
hidalga ciudad de Santiago de los 30 caballeros.
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