Publicado por Zaena Amador Patiño
Un ave de carroña asechando a una niña de África a punto de morir, esa fue la foto perfecta que consiguió el cronista en Sudáfrica del New York Times que después de esperar 20 min. a que el buitre abriera las alas para tomar una foto "espectacular”; sin embargo eso no sucedió y a lo largo de unos minutos se rindió y se fue.
A los 2 meses de publicar la foto en el New York Times ganó el Pulitzer y a los días de ganar el premio el lamentó haber tomado esa foto ya que dijo que no le gustaba y días después se suicido.
Este suceso armó revuelo, en primera instancia la razón de su suicidio, quizás la foto ni siquiera fue la causa, pero sin embargo sí pudo ser una causa de depresión y muy frustrante, ver tu trabajo plasmado de manera tan insensible; y por otro lado, la imagen tan cruel no se puede concebir porque no la ayudo, como tuvo el valor de poder estar parado ahí, esperando que la muerte llegara a esa niña sin dudar un momento en dejar la cámara y correr a ayudarla.
Quizás yo pienso de esa manera por los prejuicios que la sociedad me pone, pero estamos de acuerdo que la sociedad en la que yo vivo, es la misma que lo juzga a él y es la misma que le dio el premio gracias a la morbosidad e insensibilidad del mismo.
El fotógrafo retrata lo que la sociedad ha impreso en él, la avaricia, las malditas ganas de hacer algo para obtener lo otro. El fotógrafo es una imagen de lo que nosotros somos, una sociedad insensible que lucha por algún incentivo que calme nuestras ansias y que nos haga sentir ganadores.
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