Francisco dedicó su catequesis a la “convivialidad” (calidad de la convivencia), que dijo “es el termómetro seguro para medir la salud de las relaciones”.
El papa explicó que cuando hay algo que en una familia no funciona se ve enseguida cuando se sienta a comer y describió cómo los hijos “en la mesa están pegados al ordenador o al aparatito (en referencia al teléfono móvil)” y la familia no se escucha entre ella y por tanto “no es una familia, es una pensión”.
“El símbolo más evidente es la familia reunida en torno a la mesa, donde se comparte no sólo la comida, sino también los afectos, los acontecimientos alegres y también los tristes. Esta virtud constituye una experiencia fundamental en la vida”, explicó.
Afirmó que los cristianos deben tener “una especial vocación hacia la convivialidad” y puso el ejemplo de que “Jesús no desdeñaba comer con sus amigos”.
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