9 de noviembre de 2015

Ojalá Jeffry lo vea

ERINIA PERALTA
Recientemente tuve la oportunidad de participar activamente de un movimiento dentro del Partido de la Liberación Dominicana que buscaba llevar a Domingo Contreras como candidato  a alcalde del Distrito Nacional. Estuvimos desde el principio como parte de una hermosa campaña que se caracterizó por varios aspectos: primero fue una campaña que se fue construyendo a sí misma como una red de voluntarios, pues  cada persona llevaba diez y éstos a su vez se iban multiplicando y llegó a tener cerca de 60,000 inscritos. Segundo fue una campaña muy digital.  Y tercero el programa de ciudad presentado por Domingo fue construido por la gente en encuentros en los diferentes sectores del Distrito Nacional.
En esa red se destacó un joven que inició en la plataforma de voluntarios: Jeffry, es residente de los Peralejos, un sector que aunque usted no lo crea pertenece al DN y que viene siendo la periferia del mismo,  donde, como suele pasar, todo llega de ultimo empezando por las obras y ayudas del Ayuntamiento.
La mañana que Domingo anunció que el PLD  le había quitado la oportunidad de competir, Jeffry, cuyo  voto por Domingo seria su primer voto, rompió en llanto.
Uno se va acostumbrando a estas cosas, pero el que vive la política por primera vez, la ve con una pasión inusual. Ese día me lamenté profundamente que el primer proceso en el que Jeffry habría participado, la primera vez que creyó y se involucró, la primera vez que una propuesta le hizo darse cuenta de que su comunidad merecía más y con ello amó y se preocupó más por su entorno movilizándose por el mismo, terminara de esa forma.
Y me sentí mal porque precisamente lo que hace falta en nuestro sistema político es esa pasión por los cambios, esa inocencia y deseo genuino de ser parte, eso que sólo lo dan los procesos de renovación internos y externos en los partidos. Sentí un poco de vergüenza con Jeffry y hasta cierto deseo de explicarle que no siempre sería así. Me interesaba encontrar las palabras que evitaran que perdiera la fe en el sistema, en las cosas. Deseaba tanto que no cayera en el conformismo que se encierra en “esto siempre ha sido así” o “eso está decidido” quería que se mantuviera esa chispa de esperanza en él y espero se mantenga.
Quizás como dice Silvio Rodríguez: “El problema no es / que el tiempo sentencie extravío/  
cuando hay juventudes soñando desvíos

Ojalá esos desvíos que sueñan jóvenes como Jeffry puedan materializarse sin que sea tarde y que al materializarse nos lleven a ese “nuevo camino” que alguna vez iniciamos. Ojalá Jeffry lo vea y sea parte. 

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