Aunque la situación está controlada, el aeropuerto de
Catania ha cerrado su espacio aéreo durante una hora. Un gabinete de crisis se
reúne para decidir los siguientes pasos
El Etna entra en erupción este sábado 24 de diciembre de 2018. FABRIZIO VILLA GETTY |
LORENA PACHO
El Etna es uno de los volcanes más activos del mundo,
situado en la isla de Sicilia (Italia), ha entrado en erupción este lunes por
la mañana, después de un centenar de temblores leves y ha escupido toneladas de
lava y sedimentos acumulados en la superficie. La inmensa columna de humo y
cenizas que ha dejado y que es visible desde diferentes puntos de la isla y del
mar ha obligado a cerrar el aeropuerto de Catania durante al menos una hora.
Por la tarde solo aterrizaban cuatro aviones a la hora. Un gabinete de crisis
se ha reunido esta tarde para determinar cuáles son los siguientes pasos a
seguir que dependen, fundamentalmente, del viento.
Los vulcanólogos esperaban esta erupción, sobre todo
después de que el pasado julio el imponente volcán volviera a dar muestras de
actividad. El Etna se despertó este lunes con una sacudida en torno a las nueve
de la mañana y durante el día sucedieron hasta 130 réplicas, algunas de
magnitudes superiores a cuatro en la escala Richter, según el Instituto
Nacional de Geofísica y Vulcanología. El epicentro se localizó a un kilómetro
de profundidad de los cráteres del volcán.
El gabinete de crisis de la ciudad estableció, en torno
al mediodía, el cierre total del espacio aéreo y desde las 14.00 a las 15.00
todos los vuelos con destino Catania se desviaron a otros aeropuertos cercanos
como el de Palermo y el de Comiso. A partir de esa hora, se abrió una parte y
los vuelos funcionaron con restricciones. Solo se permitió la llegada de cuatro
aviones cada hora, según la información que el aeropuerto publicó en sus redes
sociales.
El vulcanólogo Marco Neri ha explicado a los medios a
primera hora de la tarde que se trata de “una situación muy dinámica que está
bajo control y estudio para entender la evolución, que hasta el momento no está
clara”.
El volcán, de más de 3.000 metros de altitud acostumbra a
rugir varias veces al año y arroja lava y cenizas sobre la isla mediterránea. A
pesar de la espectacularidad del proceso, el estado de erupción del Etna, uno
de los más activos del mundo, no tiene nada de particular y por el momento, se
mantiene en la línea de su patrón de actividad. Habitualmente, la lluvia de
lava y cenizas no amenaza las zonas residenciales y ni siquiera interfiere en
el tráfico aéreo, aunque en esta circunstancia y a causas de vientos
desfavorables, la unidad de crisis decidió restringir por precaución el espacio
aéreo.
El Etna se encuentra situado en la parte oriental de la
isla de Sicilia, entre las provincias de Messina y Catania. Según los últimos
estudios, el volcán, además de activo, permanece en movimiento y la ladera
sureste se desliza de forma lenta y progresiva hacia el mar, debido al peso del
propio monte y en combinación con la acción de las placas en las que se
sostiene en el fondo del mar
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