En las exequias del
senador en la Catedral Nacional de Washington DC, todos los oradores destacaron
la necesidad de seguir el ejemplo del fallecido senador para adecentar el
debate político, una clara referencia a la polarización que se alimenta desde
la Casa Blanca.
CARLOS CHIRINOS VÁSQUEZ
WASHINGTON DC.- El
funeral de John McCain en la Catedral Nacional de Washington DC fue una
ceremonia fúnebre, lógicamente, pero también fue una lección de civismo
democrático impartida por los oradores que se sucedieron en el podio para
destacar la vida del fallecido senador, quien, en ese sentido, parece haber
cumplido cabalmente con su último deseo.
Cada mensaje dicho por
quienes tomaron la palabra parecía dirigido a denunciar y contrarrestar el
veneno que ha esparcido en el discurso político el gran excluido en estos tres
días de homenajes al senador: el presidente Donald Trump.
McCain organizó
personalmente sus exequias con la intención de enviar un mensaje al país,
destacando la necesidad de buscar espacios comunes para superar lo que consideraba
la peligrosa polarización que experimenta EEUU y que se alimenta a diario desde
la Casa Blanca.
Trump no fue invitado,
mientras que sus tres predecesores sí lo fueron: Bill Clinton, George W. Bush y
Barack Obama, estos últimos los dos que le impidieron al senador coronar con la
presidencia sus cuatro décadas de una carrera política que terminó la semana
pasada con su muerte por un cáncer cerebral a sus 81 años.
La referencia más
directa al ausente la hizo la primera en hablar, Meghan McCain, hija del
senador, quien estuvo muy cerca de nombrar al presidente ausente al usar su
famoso lema de campaña para criticar el clima polarizado del momento.
“ El EEUU de John McCain no tiene la necesidad
de ser hecho grandioso de nuevo, porque EEUU siempre fue grandioso”, dijo
McCain en un tono que sonó impaciente, la mirada dura hacia los asistentes,
entre quienes estaba sentada la hija de Trump, Ivanka, junto a su esposo y
también asesor presidencial, Jared Kushner.
Fue un momento que
rompió la luctuosa solemnidad con la que se venían realizando las exequias al
arrancar el aplauso de los 2,500 personas que fueron invitadas a asistir a la
ceremonia, que, aunque era privada, fue transmitida por televisión.
Obama durante el
funeral de John McCain: "Hay cosas más grandes que el partido, la
ambición, el dinero, la fama o el poder"
“Después de todo lo dicho y lo hecho, nunca
dudamos que estábamos en el mismo equipo”, dijo el expresidente Barack Obama,
el último de los oradores que convocó el propio McCain para que hablaran en sus
exequias, al explicar cómo la rivalidad entre ellos, que los llevó a competir
por la presidencia en 2008, siempre estuvo fundamentada en el mutuo respeto.
“Tanta de nuestra
política puede parecer pequeña y mezquina. Explotando rimbombancia e insultos,
falsas controversias y ultrajes impostados. Es una política que pretende ser
valiente y dura, pero en cambio nace del miedo. John nos pidió que fuéramos más
grandes que eso, para ser mejores que eso", dijo en su mensaje de unos 20
minutos en el que alabó al desaparecido senador.
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