15 de septiembre de 2018

Las dos “República Dominicana¨

Por SAUL PIMENTEL
EL AUTOR es periodista, director de ALMOMENTO.NET.
Aunque Usted no lo crea, hay dos República Dominicana: una, la que aparece en los periódicos reseñada por nosotros, los periodistas, y la otra, la real, cuyas incidencias son divulgadas en las múltiples tertulias  que tradicionalmente se realizan en bares, restaurantes, centros comerciales y otros lugares públicos de nuestra histórica capital.
Soy adicto a estos encuentros informales pues he descubierto que son útiles para mi profesión.  Me permiten estar  en contacto permanente con interesantes “contertulios”, entre los que figuran médicos, abogados, empresarios, administradores de empresas, ingenieros y otros profesionales, algunos de renombre, los cuales -al igual que yo- tratan de botar el stress después de un día de intenso trabajo.
Me siento un afortunado al encontrarme con personas que, mucho más que yo, saben analizar las distintas situaciones. (Es una lástima que ninguna de ellas sea funcionario, pues en esos encuentros nocturnos, en medio de  libaciones alcohólicas y picaderas, salen con frecuencia a relucir   “variadas soluciones a los múltiples y complicados problemas del país”, dignas del más encumbrado estadista).
(Debo resaltar que, antes de afiliarme a las “peñas” o “tertulias” erróneamente  me consideraba ser “una de las personas más y mejor enteradas del país”.   Esto así porque al levantarme a las 5:45 de la madrugada leo nueve periódicos (por internet, claro está) en el orden siguiente: 1) Listín Diario, 2) Hoy, 3) Diario Libre, 4) El Caribe, 5) El Día, 6) La Voz de los Estados Unidos,  7) Radio Televisión Española,  8) Euronews y 9) Radio Francia Internacional.  A veces leo El País, de España, y BBC Mundo, de la BBC de Londres.  Visito estos sitios para extraer noticias para mi periódico ALMOMENTO,NET, bien sea porque se le han escapado a alguno de mis periodistas o porque se generaron a altas horas de la noche o en la madrugada, cuando estábamos durmiendo).
Además, a medida que avanza el día, leo entre 400 y 500  notas de prensa y otros mensajes enviados a mi medio desde distintas latitudes por correo electrónico y whatsaap.  Además, tengo contacto por distintas vías con políticos, empresarios y representantes de otros sectores, al más alto nivel.
Con frecuencia sucede, sin embargo,  que yo, quien me considero “una de las personas más y mejor enteradas”,   sufro una callada decepción cuando uno de esos contertulios me pregunta qué opino de un determinado hecho o acontecimiento que mi desventurado y cansado cerebro no ha registrado.  Ocurre que, cuando ven mi cara de asombro, abiertamente me señalan: “¿Y tú no sabes eso?, ¿qué periodista eres tú?”.
He llegado al convencimiento de que, tal y como expresé al comienzo de este artículo, hay dos República Dominicana: 1) la que sale en los periódicos, noticieros y demás programas de radio y televisión, maquillada por los periodistas (quienes regularmente  respondemos a muchos intereses y nos prestamos a muchas diabluras) y 2) la real, cuyos acontecimientos sólo son reseñados de “boca en boca” y solo salen a relucir en conversaciones informales.
Lamento decir que a la hora de dar crédito a las reseñas de las cosas que ocurren, opto por dar preferencia a las versiones difundidas en estas últimas, las cuales indiscutiblemente  son más fieles y menos contaminadas. El personaje público que no esté al tanto de ellas, no puede sentirse digno de mejor suerte.

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