Fernando Prado (izquierda), presidente de Reputation Institute Latinoamérica, junto a Kjell de Orr (derecha), Managing Partner de Newlink Insights |
Las empresas de América
Latina pronto tendrán acceso a rankings nacionales de reputación, a través de
los cuales podrán medir su posicionamiento frente a distintas audiencias,
gracias a un acuerdo entre Reputation Institute, la consultora líder global en
el desarrollo de herramientas para la medición y gestión de la reputación, y
Newlink, una consultora colaborativa líder en el sur de Florida y con oficinas
en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
“Hoy,
las reglas de juego han cambiado”, afirma Sergio Roitberg, presidente y CEO de
Newlink. “La reputación se ha convertido en un elemento crucial de las
compañías para competir en entornos donde sus audiencias ya no son targets
pasivos y con las que solo se puede conectar mediante un Propósito Compartido”.
Desde hace dos décadas, Reputation Institute
lidera el conocimiento en reputación con el desarrollo de diferentes
herramientas para la gestión de este intangible en empresas, instituciones,
CEOs, ciudades o países. Su modelo RepTrak® es el estándar internacional para
la medición y gestión de la reputación corporativa. Este modelo también se
aplica en todos sus estudios e informes, algunos tan conocidos y de tanta
notoriedad mediática como el Global RepTrak® 100, el Country RepTrak® y el City
RepTrak®. Reputation Institute tiene sus headquarters en Boston (Estados
Unidos) y opera en más de una treintena de países.
Newlink, por su parte, es una de las 30
principales agencias de comunicación en los Estados Unidos, con una amplia
experiencia en Gestión de la Reputación y en sectores especializados como
Insights, Salud y Bienestar y Turismo, entre otros. Newlink ha desarrollado un
marco teórico propio, el Pensamiento Orbital, un modelo de trabajo revolucionario
que permite a las compañías identificar su Propósito Compartido y expresarlo a
través de innovadores programas de comunicación para lograr engagement con
todos sus stakeholders.
Newlink adquirió recientemente la agencia
española Globally, convirtiéndose así en una de las mayores firmas de
comunicación del mercado internacional de habla hispana, con más de 300
empleados y 200 clientes entre sus sedes de Estados Unidos, Latinoamérica y
España.
“Latinoamérica
es un mercado clave en la estrategia de crecimiento futuro de Reputation
Institute y esta alianza con Newlink no solo la acelerará, sino que también
contribuirá de manera decisiva a consolidar nuestro posicionamiento como la
consultora de referencia en reputación del continente”, afirma Nicolas Trad,
presidente de Reputation Institute.
La alianza de Reputation Institute y Newlink
coincide con un momento muy delicado para la reputación no solo de las empresas
del continente latinoamericano, sino también de sus países, como recientemente
puso de manifiesto el estudio Country RepTrak® 2018.
“A la
caída generalizada en el último año de la reputación de empresas y países a
escala global, se ha añadido, en el caso de Latinoamérica, una serie de
escándalos vinculados a episodios de corrupción político-económica que han
agravado, aún más, el deterioro de la confianza de la opinión pública del
continente”, señala Fernando Prado, presidente de Reputation Institute
Latinoamérica. “Es necesario que los líderes latinoamericanos tomen conciencia
de este hecho y articulen las medidas necesarias para revertir la situación,
pues las crisis reputacionales afectan por igual a la competitividad de las
compañías y los estados, ya sea mediante pérdidas en la cuenta de resultados o
mermando el atractivo turístico o de inversión de una nación”.
La clave de esta toma de conciencia está “en
reconocer que el mundo ha cambiado radicalmente a causa de la hiperconexión y
que aceptar este cambio requiere una gran humildad por parte de quienes siempre
fueron poderosos”, dice Roitberg. “Las empresas y los países que no sepan
reaccionar con premura a los cambios que nos presenta constantemente el entorno
y responder con velocidad, transparencia, colaboración y conciencia social a
las expectativas de sus stakeholders, experimentarán un progresivo deterioro de
su capacidad de respuesta y, por tanto, un incremento exponencial en la
desconfianza hacia ellos”.
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