El país ya vivió una ola de calor con cifras de récord hace años durante
un episodio que causó cerca de 15.000 muertos. El 12 de agosto de 2003, en el
departamento meridional de Gard se alcanzaron los 44,1 grados
ABC
Francia ha alcanzado este viernes su récord absoluto de altas
temperaturas con los 45,9 grados centígrados registrados en
Gallargues-le-Montueux, localidad del sur del país que se encuentra bajo la
alerta roja. El pasado lunes 24 de junio, 58 de los 95 departamentos del país
activaron la alerta naranja por altas temperaturas.
Méteo France, la agencia meteorológica gala, ha detectado este pico de
temperatura en torno a las 16.21 de la tarde (hora local). Un récord, el de la
máxima temperatura en el país, que ya se había alcanzado por primera vez apenas
unas horas antes. La primera máxima histórica se ha registrado durante la
mañana. A las 13.48 hora local con los 44,3 grados en la localidad de
Carpentras, también en el sur.
Este escenario recuerda a la ola de calor que el país galo vivió en
2003. Aquel año, el episodio provocó la muerte de 15.000 personas y los
termómetros llegaron a marcar cifras de récord. El 12 de agosto de 2013, en el
departamento meridional de Gard, se alcanzaron los 44,1 grados; la temperatura
más elevada hasta el momento.
La ola de calor que asola Europa esta semana está considerada por las
autoridades francesas «excepcional» por su intensidad y por su precocidad para
un mes de junio, según informa Efe.
Los servicios meteorológicos franceses ya advirtieron este pasado jueves
que se activaba, por primera vez en el país, una alerta roja por calor en
cuatro departamentos del sureste, incluido el de Vaucluse, en el que se
encuentra Carpentras, en los que podría llegarse a los 45 grados.
La ola de calor ha causado que este viernes 4.000 escuelas a lo largo y
ancho del país hayan tenido que cerrar sus puertas o variar su funcionamiento
para una acogida de los alumnos «adaptada o de urgencia», según ha informado el
primer ministro, Édouard Philippe.
El calor y las altas presiones han provocado igualmente que la
contaminación haya alcanzado niveles elevados en muchas ciudades francesas,
ante los cuales han entrado en vigor medidas de restricción circulatoria en
París, Lyon, Marsella, Estrasburgo, Grenoble y Annecy.
La ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, ha hecho un llamamiento este
viernes para que toda la población, no solo los colectivos más vulnerables,
extremen las precauciones, aunque recordó que, respecto a 2003, el país está
«extremadamente bien preparado» para afrontar esta canícula.
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