La pesca ilícita, no reportada y no regulada equivale a casi un tercio
de la pesca mundial.
POR: Marvin del Cid – Diario Libre
Somos isla, y como tal dependemos del mar en muchos sentidos: alimento,
movilidad, turismo o simplemente esparcimiento. Sin embargo, como especie,
atentamos contra su salud y estabilidad y como nación vivimos de espaldas al
mar.
Los océanos son los reguladores del clima, producen oxígeno y son el
hábitat de miles de especies, muchas sin descubrir.
Tres cuartas partes del planeta las ocupan los océanos, con
profundidades superiores a los 10 kilómetros y solo el 1% de la superficie
oceánica está protegida. Durante generaciones el ser humanó creyó que por su
inmensidad era imposible destruirlos.
En 2018 se publicó el “Atlas de los Océanos 2017”, una investigación
realizada por la Fundación Heinrich Böll en conjunto con diversos expertos y
académicos.
La investigación está distribuida en 18 capítulos, en los que las cifras
y hechos recopilados muestran las amenazas de los mares y sus ecosistemas, así
como los impactos del cambio climático en los océanos.
Estos son algunos de los hechos expuestos en el estudio:
SOBRE PESCA
La situación de la pesca es alarmante en muchos lugares. En efecto, en
múltiples áreas se encuentra agotada y en gran medida la explotación de la
pesca industrial está al límite. Esto afecta especialmente a la gente de los
países más pobres que viven de la pesca costera tradicional. La pesca ilícita,
no reportada y no regulada –la cual equivale a casi un tercio de la pesca
mundial– viola las cuotas y las áreas protegidas.
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