Por Lincoln López
Mi artículo anterior titulado “Ya nada es
sólido…” fue un homenaje póstumo al filósofo y sociólogo de origen polaco
Zygmunt Bauman (1925-2017), creador de la “Modernidad Líquida”. En ese esbozo
presenté algunos datos biográficos y las 4 características de la liquidez en la
modernidad en estadio actual de la sociedad. A continuación presento un perfil
sobre el concepto del “precariado” establecido por Bauman, antecedido de un
preámbulo para conectar precariado con proletariado, ya que ambos pertenecen a
la misma clase social.
El proletario fue el antagonista del burgués
en las relaciones de producción del sistema dominante del Capitalismo, en su
primera fase nombrada: Revolución Industrial. Esta interpretación de la
sociedad dividida en clases, se inscribe dentro del pensamiento materialista de
la historia expuesta por el filósofo contemporáneo Karl Marx (1816-1883). Baso
ese argumento en las consideraciones expuestas por el Maestro J. L. Álvarez en
su libro Ideas filosóficas en su contexto (2014), donde su autor nos dice que
el Materialismo histórico es la denominación que Engels utilizó para designar
la teoría de Marx; según la misma, los hechos económicos constituyen la base y
la causa determinante de todos los fenómenos históricos y sociales. Esta forma
de interpretar la historia puede ser llamada concepción materialista de la
historia.
A seguidas transcribe la definición que
ofrece Friedrich Engels:
“hasta el presente toda la historia ha sido
la historia de las luchas de clases; estas clases sociales, en lucha las unas
contra las otras, son siempre el producto de relaciones de producción y cambio,
en una palabra de las relaciones económicas de su época; y así, en cada momento
histórico, la estructura económica de la sociedad constituye el fundamento real
por el que deben explicarse, en último término, toda la superestructura de las
instituciones jurídicas y políticas, como también de las concepciones
religiosas, filosóficas, etc…”.
Esa descripción contextualizada hay que
acompañarla de dos ejemplos como efectos directos. Primero: la fundación en
1884 de la Asociación Internacional de los Trabajadores, conocida como la
primera internacional, y segundo, a la Manifestación del 1 de mayo de 1886. La
lucha estaba en pie.
Según Bauman, el conflicto ya no es entre
clases sociales, es decir, proletarios versus burgueses, sino de cada uno con
la sociedad. O sea, el precariado versus la sociedad en cualquiera de sus
formas. ¿Por qué? El profesor emérito de la Universidad Leeds, Inglaterra,
responde: Porque la sociedad nos ha fallado. “Las relaciones interpersonales y
el futuro se han vuelto efímeros. El mañana es incierto, el amor, el tiempo y
el miedo también lo son: los vínculos humanos son frágiles, hay incertidumbre…”
¿Qué nos falló? El gran pensador-crítico
dijo: “El Neoliberalismo de los ochenta y su onda expansiva que ha generado el
precariado, combinación de “precario” y “proletario”. El precariado tiene un
empelo inseguro, inestable, cambiando de un trabajo a otro, contratos
incompletos, forzado a negociarlo con precariedad”. Esto dio origen al
pluriempleo como medio de supervivencia, y una generación de titulados
universitarios sin empleos, y otros con empleos por debajo de sus
calificaciones académicas.
El precariado es la nueva realidad. Otro tipo
de lucha se impone. Por eso opté escribir sobre el mismo
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