6 de febrero de 2017

CULTURA VIVA: La etapa del precariado

Por Lincoln López
Mi artículo anterior titulado “Ya nada es sólido…” fue un homenaje póstumo al filósofo y sociólogo de origen polaco Zygmunt Bauman (1925-2017), creador de la “Modernidad Líquida”. En ese esbozo presenté algunos datos biográficos y las 4 características de la liquidez en la modernidad en estadio actual de la sociedad. A continuación presento un perfil sobre el concepto del “precariado” establecido por Bauman, antecedido de un preámbulo para conectar precariado con proletariado, ya que ambos pertenecen a la misma clase social.
El proletario fue el antagonista del burgués en las relaciones de producción del sistema dominante del Capitalismo, en su primera fase nombrada: Revolución Industrial. Esta interpretación de la sociedad dividida en clases, se inscribe dentro del pensamiento materialista de la historia expuesta por el filósofo contemporáneo Karl Marx (1816-1883). Baso ese argumento en las consideraciones expuestas por el Maestro J. L. Álvarez en su libro Ideas filosóficas en su contexto (2014), donde su autor nos dice que el Materialismo histórico es la denominación que Engels utilizó para designar la teoría de Marx; según la misma, los hechos económicos constituyen la base y la causa determinante de todos los fenómenos históricos y sociales. Esta forma de interpretar la historia puede ser llamada concepción materialista de la historia.
A seguidas transcribe la definición que ofrece Friedrich Engels:
“hasta el presente toda la historia ha sido la historia de las luchas de clases; estas clases sociales, en lucha las unas contra las otras, son siempre el producto de relaciones de producción y cambio, en una palabra de las relaciones económicas de su época; y así, en cada momento histórico, la estructura económica de la sociedad constituye el fundamento real por el que deben explicarse, en último término, toda la superestructura de las instituciones jurídicas y políticas, como también de las concepciones religiosas, filosóficas, etc…”.
Esa descripción contextualizada hay que acompañarla de dos ejemplos como efectos directos. Primero: la fundación en 1884 de la Asociación Internacional de los Trabajadores, conocida como la primera internacional, y segundo, a la Manifestación del 1 de mayo de 1886. La lucha estaba en pie.
Según Bauman, el conflicto ya no es entre clases sociales, es decir, proletarios versus burgueses, sino de cada uno con la sociedad. O sea, el precariado versus la sociedad en cualquiera de sus formas. ¿Por qué? El profesor emérito de la Universidad Leeds, Inglaterra, responde: Porque la sociedad nos ha fallado. “Las relaciones interpersonales y el futuro se han vuelto efímeros. El mañana es incierto, el amor, el tiempo y el miedo también lo son: los vínculos humanos son frágiles, hay incertidumbre…”
¿Qué nos falló? El gran pensador-crítico dijo: “El Neoliberalismo de los ochenta y su onda expansiva que ha generado el precariado, combinación de “precario” y “proletario”. El precariado tiene un empelo inseguro, inestable, cambiando de un trabajo a otro, contratos incompletos, forzado a negociarlo con precariedad”. Esto dio origen al pluriempleo como medio de supervivencia, y una generación de titulados universitarios sin empleos, y otros con empleos por debajo de sus calificaciones académicas.

El precariado es la nueva realidad. Otro tipo de lucha se impone. Por eso opté escribir sobre el mismo

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