- Inversión en empresas es más fuerte en esas áreas, pero debe aumentar la vinculación entre ellas y no quedarse en el uso aislado de las herramientas
- ¿Cómo se aprovechan los registros de la máquina, los datos de los sensores, las imágenes, los vídeos, audios información biométrica e incluso los sentimientos registrados? Para muchas empresas, mantenerse competitivos en el mercado depende de su habilidad para responder dichas preguntas
Gilles Maury, Líder Regional TMT Deloitte |
Santo Domingo.- La forma en que
las empresas, clientes, empleados y ciudadanía participan y realizan
transacciones en entornos digitales, es decir, la experiencia digital, así como
el manejo de datos mediante la analítica y la nube son tres de las áreas de
Tecnología de Información (TI) que captan más la atención de las empresas.
Hablamos de atención e inversión en dólares, en los últimos 10 años, por encima
de otras tendencias tecnológicas.
Deloitte prevé que habrá una coincidencia o
colisión de las tres áreas de desarrollo tecnológico en las empresas y una
“innovación liberada”, es decir, la atención que han tenido en estos años como
tecnologías individuales continuará, pero ahora con un mayor enfoque en su
vinculación para el desarrollo de las empresas, sus negocios y los mercados.
Gilles Maury, líder de Tecnología, Medios y
Telecomunicaciones de Deloitte Centroamérica y República Dominicana, señaló que
“por fin se está dejando de creer en el mito según el cual la analítica de
datos es una ciencia mágica que permite resolver todos los problemas.
Claramente los ‘insights’ que permite la ciencia de datos, abren perspectivas
muy nuevas, para apreciar situaciones existentes, automatizar decisiones o
proyectarse en el futuro. Sin embargo, es no sólo indispensable, sino crítico,
acompañar este proceso con un criterio experto del negocio”.
Para Maury los algoritmos no son más que
herramientas, y sólo el conocimiento preciso de un mercado y de las organizaciones
permite saber cómo deben de configurarse. La clave en el corto plazo,
manifiestó, consiste en superar el vano conflicto entre el razonamiento
analítico y la experiencia intuitiva, para poderlos a trabajar de la mano.
“La
verdad completa no se encuentra ni en los datos ni en la percepción humana,
sino en una combinación inteligente entre los dos”, dijo Maury.
El potencial de estas tecnologías,
particularmente de la analítica, aún permanece sin explorar. Las inversiones
que se hacen hasta ahora son por departamentos, limitadas en su alcance,
desarticuladas e incluso hay esfuerzos en una misma empresa que compiten unos
con otros.
En concreto, en el caso de la analítica, se
trata de sustentarse en el cumplimiento de la promesa a las empresas para tener
datos de clientes, mercados y operaciones, los cuales puestos en perspectiva
permiten entender lo que ha pasado y en algunos casos, presentar en tiempo real
lo que está ocurriendo en el presente. Sin embargo, para el potencial de la
analítica, esto es valioso pero insuficiente. Las empresas requieren predecir,
lo cual no es una tarea sencilla.
Se cuenta en la actualidad con motores
analíticos, algoritmos e infraestructura de apoyo muy poderosas, y eso está
bien, pero, ¿cómo se usa toda esa información, ¿cómo se aprovechan los
registros de la máquina, los datos de los sensores, las imágenes, los vídeos,
audios información biométrica e incluso los sentimientos registrados? Para
muchas empresas, mantenerse competitivos en el mercado depende de su habilidad
para responder dichas preguntas.
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